El plazo del 24 de febrero marcado por la Fundación sólo permitirá realizar una evolución de las cuentas validada por Pricewaterhouse
C. V. | VALENCIA..- Cualquiera de los inversores que estén interesados en comprar el Valencia se quedarán con las ganas de encargar otra due diligence. Conocerán la que hizo KPMG, pero como dicho informe tiene por fecha tope el 30 de junio, están forzados a demandar a Pricewaterhouse, además de las cuentas aprobadas en la junta, una evolución validada para determinar con exactitud la salud actual del club y evitar así llevarse con posterioridad alguna 'sorpresa'. El plazo del 24 de febrero dado por la Fundación para admitir las ofertas vinculantes impide que se pueda acometer una nueva due diligence, que suele tardar en torno a las seis semanas.
La due diligence de KPMG no recoge lógicamente los salarios de los jugadores que vinieron en verano, como tampoco la llegada del nuevo personal (desde Douwens hasta Pizzi) ni los posibles acuerdos de pago o cobro a los que se haya podido llegar después de esa fecha.
Es ese informe de la auditora otro de los aspectos que hay que añadir a los acuerdos a los que deberá llegar la gestora que está a punto de ponerse en marcha. Esa comisión, con el añadido posterior de Aurelio, Salvo y Moragues, elegirá la candidatura más idónea, que luego deberá pasar por la asamblea de accionistas y cumplir con el envío posterior pidiendo conformidad de venta al Protectorado de Fundaciones.
No es el único contacto entre el todavía propietario del club y dicho organismo, al que está obligado a rendir cuentas. Desde el patronato se aseguraba ayer que la Fundación se encuentra al día y no ha fallado en el protocolo de enviar ni el plan de actuación (presupuestos), que se presenta antes del 30 de junio, ni las cuentas (con fecha tope el 31 de diciembre). Generalmente el Protectorado tarda más de un año en dar validez formal a estos puntos.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario