El expresidente declara como imputado y defiende su sueldo, el de Braulio y la limpieza en la venta de Villa
J. CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
Una hora y diez minutos de declaración dan para mucho. Sobre todo si quien tiene que hablar es un Manuel Llorente hastiado de verse continuamente en el juzgado por las quisquillosas iniciativas de Andrés Sanchis, el abogado que parece haber heredado de Francisco Roig su decidida hostilidad hacia el expresidente del Valencia.
Pues bien, Llorente aprovechó ayer su comparencia en el juzgado número 3 de instrucción para echar mano de la due diligence con el fin de defender los cuatro años de gestión que ha realizado al frente de la entidad.
Lo hizo en su calidad de imputado por la querella que le planteó Andrés Sanchis y un grupo de accionistas por administración desleal, causa en la que también fueron citados a ofrecer su declaración Javier Gómez (porque promovió la ampliación cuando era presidente); Társilo Piles (era presidente de la Fundación que se convirtió en máximo accionista en la segunda ronda), y José Luis Olivas (máximo responsable de Bancaja, que autorizó el crédito de 75 millones de euros).
Aunque el fondo de la cuestión giraba en torno a un presunto delito societario relacionado con la ampliación de capital de 2009, Llorente sacó pecho con los números en la mano, muy rojos cuando él aterrizó en la entidad y algo más matizados cuando se vio forzado a dimitir. Se negó a contestar las preguntas formuladas por Sanchis -tampoco quisieron hacerlo el resto de imputados- y sólo respondió a las interrogantes que le formularon su abogado, el fiscal y el juez.
En sus afirmaciones dejó claro que no tiene buena relación -por no decir ninguna- con el actual consejo de administración y que si hubiera existido algún tipo de irregularidad en su gestión, cosa que no salió reflejada en la due diligence, está convencido de que la directiva de Salvo la hubiera utilizado ya en su contra. Realmente, el margen para pedir responsabilidades de este tipo tiene una vigencia aún mayor, hasta los cuatro años.
Fuera de la sala donde se le tomó declaración, Llorente fue vehemente cuando expuso ante los periodistas su estado de ánimo. Cargó sin contemplaciones contra Sanchis, a quien antes había desafiado con la mirada (no le quitó ojo en toda su plática) y a quien le espetó un «¿de qué vas?», ya casi en la puerta y según un testigo. «Estoy satisfecho porque es aquí donde se tienen que aclarar las muchas falsedades, mentiras y barbaridades que se han estado vertiendo sobre la ampliación y mi persona», comentaba.
De VOS y de la venta de Villa
Sin entrar en excesivos detalles, el exdirigente enumeró de pasada algunos de los temas que se trataron: «De VOS Marketing, del traspaso de Villa, del salario de Llorente -hablaba en tercera persona-... Toda una serie de mentiras, un montaje en el que se querían basar para esta causa». Hubo más que no citó ante los periodistas. El fiscal, de hecho, le preguntó sobre el blindaje de Braulio Vázquez y justificó esa maniobra para compensar al gallego por el mayor sueldo que percibía su antecesor en el cargo: Fernando Gómez.
Conforme fue hablando, su acidez fue incrementando. «Está todo demostrado en la due diligence y en las auditorías que se han hecho. Si hay alguien que tiene una imaginación calenturienta y va con muy mala fe... Sólo hace falta ver la demanda y en qué se basa. Tiene una mala fe y unas malas ideas».
De momento, las ideas de los querellantes pasan por solicitar al magistrado, Francisco Silla (ayer apoyado por otro juez en prácticas), una serie de pruebas para reforzar la causa, después de que la impresión que les haya quedado es de haber perdido empuje. La querella es por presuntos delitos de estafa, falsedad en documento público, delito societario, maquinación para alterar el precio de las cosas y malversación de caudales públicos.
Lo lógico es que los abogados de los imputados soliciten el sobreseimiento de la causa, una cuestión que ya se produjo y que provocó que la Audiencia decidiera después reabrir el caso el pasado mes de noviembre. Además, hay que recordar que el debate sobre la ampliación también pasó por los juzgados tiempo atrás pero por la vía mercantil, quedando finalmente desestimada la causa.
Entre las peticiones a incorporar de Sanchis estará seguramente el informe que realizó el especialista económico Rafael Molina, que ponía en cuestión aspectos como el de la compra-venta de la torre de Mestalla por Juan Soler así como los 92 millones que se fijaron para proceder a la ampliación. Llorente tiene también su particular visión al respecto: «Precisamente ese informe que pidieron los querellantes ni lo han sacado. El profesor de la Universidad dice que la ampliación se quedó corta, que se tenía que haber hecho por más importe. Piden un informe a un perito y éste va contra lo que ellos dicen. Lógicamente, ni lo han nombrado. Es todo un montaje para desprestigiar a las personas que hemos trabajado para que este club haya salido para adelante. Pretenden que el Valencia se fuera a hacer puñetas».
Apenas a dos metros de Llorente se encontraba escuchándole Vicente Andreu. Llamó la atención la presencia en el juzgado del también expresidente, sobre todo porque no está relacionado ni directa ni indirectamente en la causa. «Apoyo moral», reconoció. Desde luego, no se despegó de los afectados en las casi cinco horas que permanecieron en las dependencias judiciales.
Ni idea de los inversores
«No me arrepiento de nada. Lo volvería a hacer todo diez millones de veces. El Valencia redujo la deuda, ahora mismo si se hubiera hecho mal no habría gente intentando comprar el Valencia. La due diligence lo expone y dice que la gestión ha sido positiva. No hay ningún reproche en absoluto a los anteriores gestores», volvía a argumentar el expresidente blanquinegro.
A Manuel Llorente le cambió la cara cuando se le preguntó su opinión respecto al proceso de venta en el que está metido el Valencia en estos momentos. «Me estoy enterando por la prensa. No conozco a TPG (uno de los fondos interesados en la compra)».
Eso sí, no dejó escapar la oportunidad Llorente de plantear un nuevo escenario de batalla. Cuando este asunto quede definitivamente archivado (eso creen las defensas de los imputados), el que fuera presidente del Valencia iniciará también por la vía penal su contraataque contra Sanchis: «Cuando esto se termine, como están ahí los hechos, pondremos una querella hacia esas personas. Su afán de protagonismo -en referencia al abogado- le va a seguir haciendo esto».
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