AYALA "EL PROBLEMA EN LA DEFENSA NO ES LA CALIDAD"

Mejorar el funcionamiento defensivo de todo el equipo, no sólo de los defensas, ha de ser el objetivo del VCF.

JULIÁN MONTORO: El Valencia necesita un central, cómo diría, con fundamento, con mando en plaza, de los clásicos, ¿Ayala está en el mercado?
—(sonríe) Ay, si estuviera en condiciones, yo encantadísimo, de verdad, pero bueno, por respeto yo digo que se habla ahora mucho de los centrales, pero los chicos que están han dado rendimiento, que alguno no pase por un buen momento, eso nos pasó a todos, y ocurre más en mi opinión por un funcionamiento colectivo que por los centrales. Lo que puede estar fallando hoy es más eso.
—Conocí un entrenador que decía que pasa más cuanto más se habla de ello, cuando el jugador tiene en la cabeza que va a fallar.
—Lo que pasa es que claro, todo el mundo los señala, los que están ahí se sienten observados y han de rendir en cada partido un examen… Depende mucho de lo que uno está preparado para soportar la presión, de la experiencia, son muchas cosas. Cuando uno no está en un buen momento, lo que me pasó también a mí, tienes que volver a la base, hacer fáciles las cosas, lo más simple, no intentar pasar desapercibido pero sí darle simpleza al juego y seguridad al equipo, que es lo que necesita.
—Dice que no, pero leí que si Ayala hubiera querido seguir jugando, en Racing tenía abiertas las puertas, ¿de verdad no podía más?
—Es así pero no, la rodilla ha sido una de las causas por las que decidí terminar mi carrera. Los últimos seis meses se me hizo bastante difícil porque ya la rodilla molestaba muchísimo más y la participación mía era menor. Estaba al nivel de mis compañeros porque me infiltraba con un antiinflamatorio y eso hacía que el dolor cesara y me permitiera poder jugar o entrenar, pero cuando llegó el fin del campeonato me dije que había que pensarlo seriamente porque si no el día de mañana igual me veo andando con muletas.
—¿Cómo se hace un equipo como aquél, tan fuerte en defensa?
—El material está, por supuesto, y me parece que…
—¿Entonces no es un problema de calidad?
—Yo no creo que sea un problema de calidad, pero claro, es que al no seguir últimamente al equipo pues no sé por ejemplo David Navarro cuánto ha crecido y mejorado, cuánto puede llegar a hablar dentro del campo, me entiendes. Yo le vi cuando jugaba con nosotros y sí, pero al no estar en contacto con él, no entrenar, pues no sé qué progresión puede haber tenido. La tenía como para poder ser el líder de una defensa, hoy es el capitán, creo que puede ser una voz autorizada dentro del vestuario, pero cuando los jugadores pasan por un momento así vuelvo a repetirlo, facilidad, apoyarse y encontrar el funcionamiento defensivo pero de todo el equipo, no sólo de los defensas.
—Y el líder surge a partir de ahí, ¿qué diferencia a un gran central de uno bueno?
—Por supuesto el líder surge y tiene que surgir, en este caso el hecho de llevar una cinta ya significa mucho dentro del campo. La clave de un buen defensa es hablar mucho, no dar jamás un balón por perdido y no distraerse nunca, estar al cien por cien concentrado.
—Ustedes demostraron que se podía competir con el Madrid y el Barcelona, ahora la opinión general es que no es posible, ¿cómo lo ve?
—Es muy difícil.
—Pero al final va a parecer que ganarles entonces era fácil y no fue así, el Valencia competía contra Figo, Zidane, Ronaldo, Ronaldinho…
—No, claro que no era fácil, pero hoy marcan una diferencia abismal y el juego del Barcelona es el mejor que he visto en todos los tiempos. Siempre he dicho que cuando enfrente tuyo tienes rivales que son mejores, cuando ves que técnicamente o tácticamente son mejor, si en eso ellos son mejores tú tienes que ser mejor compitiendo, el Valencia tiene que competir mejor que ellos, no sé cómo…
—Pues eso iba a preguntar, ¿dónde está la clave para competir contra ellos?
—La clave es la personalidad de cada uno, el decir, yo me planto, estoy en mi puesto y por acá no pasa nadie, o yo no voy a perder ningún balón, o por acá al delantero no lo voy a perder, voy a rematar a la portería. Es imponerse en esos pequeños duelos que se van dando en la cancha, por ahí ir ganando los partidos.
—Luego está la gestión, no hay mejor ejemplo que el fichaje de Ayala. No jugaba en el Milan, costó tres millones a pagar en muchos plazos y al cabo de dos años le pudieron sacar veinte millones.
—En esa línea venía el Valencia entonces, después se perdió. Yo llegué con la edad justa, en plena madurez, hubo otros que llegaron incluso en los últimos años pero sin embargo dieron un rendimiento increíble. Pero hoy yo veo al Valencia y en la clasificación está cuarto, o sea que...
—Es que ustedes pusieron el listón muy alto, demostraron que se podía ser primero, y esa carga la va a llevar el equipo siempre.
—Es una presión, sí, pero también nosotros teníamos treinta años sin ganar la Liga y yo sinceramente nunca noté la presión de esos treinta años cuando jugaba. A la gente le queda en la retina todo lo que se ganó, pero también se pudo ganar una Copa del Rey después. Vamos a tenerla, yo creo que es volver, sabemos que competir con estos dos, uno por presupuesto y el otro porque ha trabajado muy bien en la formación de sus jugadores, no es fácil. Por eso hay que hacerlo todo muy bien, todo lo que traiga el Valencia siempre tiene que mejorar muchísimo lo que hay, y por supuesto potenciar la gente que tiene en la cantera.
—Usted se marchó en un momento en que se mascaba el caos en el Valencia CF.
—En el momento en que no se me cumplió la palabra. Habíamos hablado con Juan Soler, él dijo que estaba todo perfecto en cuanto a dinero y dos años más de contrato, que es lo que habíamos acordado. Yo fenomenal, tranquilo, espectacular, lo había comunicado en casa, estábamos todos contentos porque no teníamos que movernos, y además estaba en el club donde quería estar. Es entonces cuando asume Amedeo su cargo de director deportivo, está en la mesa el tema para firmar y en ese momento él dijo que no, que había que volver a sentarse y hablar. Yo me imagino, y nunca supe, que él habló con el presidente y le dijo que era demasiado dinero, que ´yo te lo bajaré´ o lo que sea, no sé lo que pensó, pero vino y le dijo a mi representante Matías Aldao que lo hablado antes no era, que solo un año o menos dinero. Y bueno, la cosa ahí se enrareció.
—¿No volvió a hablar del asunto con Juan Soler?
—No, bueno, más o menos nos reconciliamos en el último momento porque tenía que jugar una última temporada, pero no coincidimos para hablar más de esto.
—¿Fue un problema personal entre Carboni y Ayala?
—No, pero personal no había nada. Yo soy muy amigo de Cañizares, lo sigo siendo. De Amedeo nunca fui amigo, pero esto no es malo no ser amigo de alguien. Es un compañero de trabajo al cual respeté y me respetó, competimos juntos y logramos algo importante juntos con el Valencia, nada más. Yo, sinceramente, por mi parte no tenía nada que achacarle a Amedeo. Ahora, si él lo tenía conmigo, no lo puedo saber.
—¿Estuvo en la despedida en Mestalla de Amedeo?
—Sí, sí que estaba.
—Hubo entre los dos algún saludo, un abrazo, un apretón de manos, algún gesto...
—No.
—También se habló mucho de que ese día se vio que Carboni tenía pocos amigos en la plantilla.
—Digamos que fue raro, porque podía haber estado mejor organizado. Yo sinceramente no me di cuenta ni recuerdo qué pensaba en ese momento, pero no lo saludé. Se sabía que era su retirada y se podía haber hecho algo mejor, pero eso no dependía de nosotros.
—Entonces, decimos que Juan Soler y Amedeo Carboni fueron los ´culpables´ de su marcha.
—Es que no había ni culpables ni nada. Yo creo que Juan por supuesto hizo lo que le estaba aconsejando Carboni, creo que él quiso hacer un Valencia grande pero no acertó con la gente que tenía con él. Mira yo, viendo las cosas después ya desde la distancia, digo que por ahí a lo mejor me la tenía que haber tragado, que después dos años más de contrato por ahí los podía conseguir. O tratar con el presidente, hablarlo y ya está. Pero me sentí tocado en mi orgullo, eso fue lo que me enojó muchísimo, me hirió, y en ese corto tiempo de decidir irme no pude decirme no, para un poco, deja que pase...
—¿Ahí es cuando aparece el Villarreal o fue antes?
—No, no, bueno sí, aparece porque el Villarreal hace una oferta antes de empezar el campeonato para que me vaya antes de cumplir el último año con el Valencia, pero ellos no querían que me fuera a reforzar un rival.
—¿Era su deseo acabar la carrera en Valencia?
—Eran mis ganas, mi deseo, hasta el sueño diría. Si en su momento, en 2003 cuando se sentó realmente el Real Madrid para hacerse con mis servicios, no se pudo llegar a un acuerdo, ya me había hecho la idea de que mejor que en Valencia en ninguna parte iba a estar.
—No sé si le apetece hablar de aquello, ¿forzó para irse al Madrid?
—Yo no diría que forcé, pero de verdad dije que sí, que a mi me gustaría que me dejaran ir, eso es simplemente lo que yo transmití a la mesa donde estaban todos los dirigentes. Y que por favor la evaluaran. Yo sentía que había una oportunidad buena para mi, pero no fue así, al final no fui traspasado y por supuesto que hubo una calentura muy grande de mi parte. Pero ojo, ahí acabó todo, eso no llegó a que yo no quisiera jugar más en el Valencia.
—¿A raiz de aquello se negó a jugar algún partido?
—Simplemente yo tenía un problema físico en el cual quise tomar mis precauciones, y quería liberar un poco mi cabeza de lo que me había pasado. Porque yo sentía, eso, que la oportunidad de poder jugar en un club como el Real Madrid se fue, y ya está.
—Lo dice con toda la normalidad.
—Sí, y lo puede decir la gente a la que se lo dije entonces. Yo dije que me quería ir al Real Madrid. Yo vine del Milan, se pagó tanto y creo que estaba amortizado y todas esas cosas que se dicen. Además también era una operación interesante para el Valencia, porque entraba el fichaje de Samuel Etoo.
—Después de salir del Valencia Ayala ya no volvió a ser el mismo, ¿influyó el golpe anímico?
—No sé si también psicológico, pero por supuesto que mi físico lo notó. En mi último año en Valencia hice un esfuerzo muy grande, y más el último semestre, porque cuando yo firmo con el Villarreal, claro, estoy firmado por el Villarreal y jugando con el Valencia. Sabía que la gente me iba a estar mirando y cada partido para mi era como si fuera el último y el que mejor tenía que jugar. Creo que dentro de todo la temporada fue buena, puede que una de las mejores que tuve en el Valencia. Pero sí, es verdad que cuando fui a Zaragoza no llegué en las mismas condiciones, lo intenté pero no pude volver a poner mi físico como antes.
—Sabe que la afición es cruel y quizá en Valencia no se le hubiera perdonado ese bajón después de haber disfrutado al mejor Ayala.
—Nunca se sabe qué fue mejor. A mí me hubiera gustado que mi salida fuera de otra manera, haberme podido despedir en el último partido de la gente que tan bien me trató y eso no se dio, pero también es verdad que después ya no pude encontrar mi mejor nivel.
—Ha reconocido que firmó en Villarreal seis meses antes de acabar la temporada pero, ¿qué pasó para que nunca llegase a jugar de amarillo?
—Pues algo extrañísimo porque nosotros ya lo teníamos todo claro, yo me quedaba dos años más viviendo en Valencia y jugaría en el Villarreal, pero hubo un interés muy grande del Zaragoza, que estaba dispuesto a pagar la clausula y me daba un año más.
—Del futuro quedamos para hablar en su próxima visita, porque imagino que volverá pronto. ¿Cuándo vendrán a vivir a Valencia los Ayala?
—Hay una relación con Valencia no solo por lo que he dejado acá de amistades, también de trabajo, entonces yo creo que de momento mis visitas en el año van a ser seguidas. Después, ya veremos.
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