LA NECESIDAD DE ALBELDA

Un equipo es mucho más que once futbolistas de corto bien situados e instruidos. Es imprescindible que tenga un líder en el vestuario que contagie el espíritu del club.Albelda es valenciano y valencianista. Siempre va de cara y eso cuesta algún que otro disgusto y mucha envidia. El jueves volvió a recibir el calor de Mestalla que cuatro gatos anónimos le quisieron birlar y no pudieron, para el eterno disgusto de esos que pululan por la senda de la sombra. Albelda forma parte del olimpo del Valencia, un mérito que se gana en el terreno de juego y no en los despachos y mucho menos en los juzgados. Pero Albelda, como antes Fernando, Camarasa, Giner, Arias, Robert, Claramunt…, y así hasta el mítico Puchades son eternos. Además vuelven a equivocarse los que cuestionan su ritmo biológico, pues no hay nada mejor para la supervivencia de una empresa que la combinación entre veteranía y juventud, como queda demostrado. El ´6´ blanquinegro jugará los partidos que decida su entrenador pero es el referente para los más jóvenes. Sólo hace falta consultar a los recién incorporados —Dalbert, Moyà, Alba, Miku, Mathieu— o al tridente —Villa, Silva y Mata—, para que elogien la profesionalidad, entrega y compañerismo de Albelda. Los tiempos llevan a dejarse llevar por la corriente de lo nuevo sin más, aunque muchas veces en el fútbol el atrevimiento de lo desconocido termina en fracaso inmediato. Así nos va. Sin embargo, el fútbol necesita de jugadores de referencia, líderes dentro y fuera del campo. Por eso cuando el jueves gentes tan sabias y distintas como Jaume Part, Ramón Aznar, Manolo Mas, Vicente Andreu, Martín Vila y Pedro Cortés cruzaban miradas de complicidad tras la enésima recuperación de balón y pase corto sin arriesgar de Albelda, comprendí que el valencianismo estaba de nuevo comprometido en lo esencial. Aquello que con independencia de como vaya el marcador sabe que los suyos van a dejarse todo su saber y esfuerzo para ganar el partido.Cierto que eso tampoco asegura nada, pero al menos nos reconcilia el espíritu de reconocer que en el universo de la pasión futbolera sigue habiendo héroes próximos.

J.C. Marti Superdeporte.es