Es cuestión digna de estudio para ´sesudos´ sociólogos y demás disciplinas: por qué hay gente que prefiere que Río organice los Juegos Olímpicos.
Queridos ciudadanos de Madrid, no me va la hipocresía. He visto demasiado en esta vida y en esta profesión. He visto, leído y escuchado tantas cosas que hay veces que prefiero disfrazarme de un simple ´arrejuntaletras´ de pueblo que cuenta historias, aunque muchos no lo entiendan —situación que me da absolutamente igual por otra parte—. Decía, queridos ciudadanos de Madrid, que hay un equipo en vuestra ciudad que me cae de pena —por no escribir que le tengo una manía que me supera— y que fruto de tanta antipatía acumulada, y sobre todo disfrutada, me he sorprendido a mí mismo celebrando la elección de Río de Janeiro para los Juegos Olímpicos de 2016 con las manos en alto en plena redacción del periódico. Pero mira por donde que ha venido al rescate de mi renqueante salud mental la neurona preguntona, que de vez en cuando tiene unos puntos de raciocinio que me asustan: «Carlos, tú lo flipas. ¿No te das cuenta de que has confundido a los Ramones con Pignoise? Luego te dicen paleto y con razón, porque esto de los Juegos Olímpicos no tiene nada que ver con el fútbol. Yo no te voy a vender la milonga esa de que es bueno para todos los españoles, pero céntrate y piensa que el hecho de que Raúl haya sido uno de los embajadores que se suponía iban a deslumbrar al mundo por su condición de estrella y traer así los Juegos Olímpicos al medio de la M30, no justifica que abras una botella de champagne para celebrarlo como si el Real Madrid hubiera palmado una final de la Champions...». Y aunque siendo honestos tengo que admitir que la pesada de la neurona preguntona tiene razón, lo cierto es que me he puesto a pensar. Y sí, no puedo alegrarme por la palmatoria porque no palma el Real Madrid, palma la ciudad de Madrid, pero tampoco puedo negar que en el fondo me ha dado absolutamente igual. Y he pensado también que no puedo negar que tengo colegas que sí se han alegrado de verdad. Y he tratado de entender a esos colegas que me han llamado alegrándose y no he podido más que llegar a la conclusión de que si hay peña que se alegra de la palmatoria de la ciudad de Madrid es por culpa de la prepotencia y la arrogancia del Real Madrid. Siento escribirlo, pero es lo que pienso y todos los madridistas que estáis leyendo esto sabéis que es cierto —y el infiltrado también—. Sé que es una auténtica gilipollez pediros que comprendáis a los energúmenos de mis colegas después del chasco que seguramente aún no habréis digerido, pero sí os pido que por lo menos aprendáis para ocasiones futuras que la humildad es buena compañera. De hecho aquí, en el Valencia, nos hemos creído lo que no éramos y estamos pagando las consecuencias, pero os advierto que volveremos. Total, que después de este ejercicio de sinceridad no me queda otra que animar a todos los madrileños a que lo sigan intentando, que el que la sigue la consigue. Eso sí, si queréis, para la próxima os dejamos por unos días al Guaje Villa para que lo paseéis por el mundo. Ya veréis como así algún día organizáis unos juegos olímpicos.
Carlos Bosh Superdeporte.
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