Nuno tiene fe ciega en Fuego, Parejo y Gomes, por lo que las rotaciones pasaron de largo por el centro del campo en la última semana
El trivote que debe manejar el juego del Valencia llegó fundido a Anoeta
El éxito y el fracaso del Valencia esta temporada se cocerá entre tres vértices. En el triángulo de las Bermudas que componen Javi Fuego, Parejo y André Gomes. Ellos serán los que harán desaparecer a los rivales, como los aviones y barcos en el Atlántico, o permitirán que sigan su vuelo para crear peligro en el área de Diego Alves. El futuro del Valencia está ahí. Para lo bueno y para lo malo. En cada partido la batalla se ha librado en el círculo central.
Las rotaciones de Nuno no pasaron por el centro la semana pasada, con una sobrecarga de partidos palpable, y el equipo sufrió en Anoeta. Ahora mismo hay tres puestos para cinco jugadores. Pero Nuno es de ideas fijas. Por eso, Fuego, Parejo y Gomes han estado en el once titular en los tres últimos partidos.
En Getafe funcionó de manera sobresaliente. Con gol de André Gomes en una jugada de tiralíneas. El único que tuvo un descanso mínimo aquel día fue Parejo para que Filipe Augusto debutara en partido oficial.
Nuno anunció rotaciones ante el Córdoba. Un movimiento de tan sólo dos giros porque el de Feghouli por Rodrigo era obligado. La presunta revolución quedó en conato. Se limitó en Cancelo y Mustafi. En el centro, otra vez los mismos tres de siempre. Además, se echaron los noventa minutos a la espalda en un encuentro resuelto
Tras jugar en Anoeta y al echar la vista atrás, quizá Nuno pudo optar por dar descanso a alguno. A uno de los vértices con el fin de presentarse en San Sebastián de refresco. El Córdoba, último en la Liga, era el rival propicio para experimentos e integrar a los menos habituales. Pero el luso no cambia. Fiel a su librillo.
Filipe Augusto, que ya tuvo minutos en Getafe, es de la confianza máxima del técnico y asombra en Paterna, pudo ser de la partida. Nuno confía en él de sobra y sabe hasta dónde puede dar. Lo de Zuculini, que también estuvo en el banquillo, es otra historia. Por ahora no cuenta. Tuvo minutos ante el Málaga y los guarda como oro en paño. Después, como el juego de la oca, entre la grada y el banquillo.
Nuno tiene jugadores para que el triángulo respire. Oxígeno necesario para que no pase como en Anoeta. Un centro del campo obtuso al que el rival le ha pillado el truco.
El Málaga intentó ahogar al Valencia en el círculo central y lo logró hasta la expulsión de Darder. Espanyol, Getafe y Córdoba no tienen entidad. Pero la Real, con Bergara y Zurutuza, anularon a un triángulo agotado. Cansado. El gesto de Nuno de cambiar a Gomes en la primera mitad puso de manifiesto que quizá fue un atrevimiento no rotar.
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