«Mi trabajo es hacer las cosas bien para el equipo. El gol es lo de menos», afirma después de resolver el primer partido de la temporada
L. MARTÍ/C. V. | VALENCIA..-
El reloj ha consumido la primera hora y media del domingo y seguramente algunos jugadores del Valencia ya están en el sofá de casa. En la puerta del aparcamiento privado de Mestalla hay un Mini negro con el motor en marcha, pero sin nadie en su interior. El conductor, Ricardo Costa, está dejándose querer en la misma puerta. Varias decenas de aficionados lo pasan en grande con el portugués, atento siempre en las formas y cuidadoso también con su nuevo rol dentro y fuera del vestuario. Además de las fotografías, el jugador entra en el diálogo con unos y con otros.
Ricardo Costa no ha podido arrancar mejor la temporada. Concentrado en defensa y, encima, responsable de ese 1-0 final. El año pasado pulverizó con cuatro dianas en Liga su mejor marca personal como valencianista, ya que lo de marcar no iba mucho con él.
En los dos ejercicios anteriores como blanquinegro sólo había sumado una muesca (frente al Schalke) y lejos parece aquel amago de salida que hubo cuando las cosas se le torcieron con Emery en el banquillo. Ahora, tras firmar hace algunos meses su renovación, disfruta a sus 32 años de una madurez personal que siempre ha exhibido.
El internacional portugués se ha convertido en un referente del vestuario. En realidad, desde el primer día que llegó al club de Mestalla quiso ser capitán. Y lo dijo sin pudor. Lo había sido siempre antes y por qué no tenía que seguir siéndolo en este equipo. Tres años después, Ricardo Costa lleva los galones de primer rango. La incógnita es qué pasará en Cornellà cuando Djukic tenga que decidir qué dos centrales jugarán. Contra el Málaga, la baja por sanción de Mathieu facilitó mucho las cosas. No había mucho donde elegir: Rami y Costa.
Si el serbio mantiene la filosofía que inauguró Valverde de poner a Mathieu en el centro de la defensa, entre él y el portugués deberán pelear por la plaza de central zurdo. Contra el Espanyol quedará despejada la duda.
De momento, Ricardo Costa prefiere dejar que se enfríe ese aromar a 'salvador' que le ha caído por haber encontrado oro en una jugada de estrategia que Willy Caballero no supo resolver. «Mi trabajo es hacer las cosas bien para el equipo. El gol es de lo de menos», reflexionaba el futbolista.
Sabe bien, por experiencia, que el Valencia debe afinar todavía si no quiere ver cómo el curso empieza a complicarse. El juego contra el Málaga es un ejemplo que debe servir como base. «Las sensaciones frente a Olympiacos fueron mejores pero sabemos que la Liga española es diferente y el Málaga juega muy bien, está bien organizado, con una buena estructura táctica y nos puso las cosas difíciles», apuntaba. «Lo más importante es empezar la Liga con victoria aunque ha sido muy sufrida. El equipo trabajó bien», añadía.
A él también le supo extraño trabajar a las once de la noche. «Jugar a esta hora es un poco raro pero lo importante es que ya está hecho. Debemos centrar nuestro pensamiento en el próximo fin de semana». Pues en Cornellà se verá si Djukic piensa en él o en Mathieu.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario