SOLDADO, LA ULTIMA BATALLA

Carlos Bosch

Seguidores y detractores de Unai pueden volver a convivir y a luchar de la mano

Dice Ernesto Colomer —uno del twitter que el otro día me inspiró para hoy— que prefiere ver al valencianismo unido y que no le gusta que tan pronto se hable de la temporada que viene porque puede terminar influyendo en esta en la que, aunque hemos palmado alguna que otra cosa ya, todavía hay mucho en juego. No le gusta que entremos en la guerra al menos tan pronto y eso me hace pensar con la patata. Como periodista el debate no se sostiene por más que alguno se ponga la bufanda de repente para tapar sus males de oficio. El caso es que mi querido follower —no me acostumbro a esto de la terminología de las redes sociales— no es consciente, ni por asomo, de que ha dado en el clavo —¡totalmente!—, porque la única manera de que estemos unidos en tiempos de desgracia deportiva como los que nos ocupan estos días es buscando un enemigo común. Pues bien, queridos amigos, ya lo tenemos. Por fin, seguidores y detractores de Unai pueden volver a convivir y a luchar de la mano. Ya da lo mismo qué fue antes si el Valencia buscando entrenador o si Emery dando motivos para que lo busque —recuerdo que desde el punto de vista periodístico no hay debate y que quien insiste en ello no se da cuenta de que está diciéndole al mundo que no es demasiado inteligente... y quizás ahí está el motivo—, porque otra vez el mal viene del centro disfrazado de injusticia. Han hecho falta tres goles en unos minutos para que, aunque sólo sea momentáneamente, cojan a Soldado por bandera, pero no se engañen, es sólo porque la evidencia a la vista está. Preparémonos porque saltarán como hienas la próxima vez que Torres remate un balón al palo. Si por alguna de aquellas se equivoca y marca un gol, estaremos muertos... (De todo esto, lo que me toca las narices es que por mucho que digan que en Valencia no sabemos apreciar al equipo que tenemos, la de Soldado es la única batalla que nos queda por ganarles)
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