Vicente Bau
El Barça fue mejor y merece estar en la final. Y respecto al Valencia, les confieso que hay varias cosas que me descolocan.
No le den más vueltas. La final de la Copa la tendremos que ver por la tele. Es lo justo. Tanto Athletic como Barcelona fueron superiores a Mirandés y Valencia. Pero centrémonos en lo nuestro. En nuestro equipo. Y en ese montón de cositas leves que nos convierten en el amo absoluto del limbo de los justos: estamos a años luz de los dos equipos celestiales —Madrid y Barça— y un poquito más arriba del resto de la cuadrilla ´infernal´. Somos terceros para siempre. Los del limbo. Donde no anida la pasión ni para bien ni para mal.
Mi gran titular
Lo tenía pensado y bien pensado. Es más, daba por hecho que si el Valencia daba la sorpresa en el Camp Nou lo iba a utilizar en un visto y no visto. Pero no ha podido ser. Mi titular se queda —como el propio Valencia— en el limbo del anonimato. Los de Pep Guardiola merecieron pasar a la final y si me apuran con el resultado mucho más abultado. Lástima. De cualquier forma y aunque ya no venga a cuento voy a compartir con todos ustedes el titular que iba a poner en esta columna si hubiésemos pasado a la final. Dice —hubiera dicho— así: «¡Y hoy cena de sobaquillo!»… en homenaje, claro está, a esa mano sobaquil fuera del área de Pinto que a la postre marcó toda la eliminatoria.
Punset, ¡ayúdame!
Mi cerebro es limitado. No es uni-neuronal como el de Bosch, pero sí que está lo suficientemente castigado para no comprender asuntos tan banales como el del tremendo bajón que han experimentado Adil Rami y Víctor Ruiz. Cuando comenzó la temporada nos llenábamos la boca hablando de la mejor pareja de centrales de la liga. Hoy ya no. A fecha de hoy —y visto el pésimo rendimiento de ambos en el Camp Nou— andaríamos todos dándole guantazos mediáticos a Braulio por su mala gestión ´fichajil´. Así pues, y como ando justo de neuronas para descubrir qué narices está pasando con estos dos jugadores, no me queda más remedio que echar mano de Punset para que me resuelva el enigma: ¿Qué parte de nuestra mente es tan perversa, querido Eduard, para convertir a dos grandes jugadores en un par de paquetes en apenas unos meses? Aguardo respuestas. ¿Ustedes tienen alguna?
Sobre Diego Alves
Dicen que nuestro portero da una de cal y otra de arena. Y yo no estoy de acuerdo. En Barcelona si no es por él el resultado podría haber sido escandaloso. ¿Qué no estuvo inspirado en el primer gol? Pues miren, si en el resto del partido hubiera estado igual de mal inspirado que Rami y Víctor Ruiz, el resultado final bien pudiera haber sido siete u ocho a cero. Diego pudo tener un fallo… pero el resto de la defensa tuvo ochenta mil.
Jordi contra Puyol
Nada más empezar la segunda parte el Valencia estuvo a punto de empatar. Jordi Alba le ganó la espalda a Puyol —¡le ganó la espalda a Puyol!—, fue más rápido que el capitán blaugrana y sólo la afortunada intervención de Pinto evitó la igualada. ¿Y saben una cosa? Esa jugada, esa internada de Jordi Alba a velocidad de vértigo, pone a nuestro jugador un pasito más cerca de la órbita del Barça. Si es capaz de dejar tirado a Puyol…
La Europita League
Bien, una vez apeados de la Copa del Rey y con el poco motivante objetivo de quedar terceros en la competición regular de Liga, debemos aferrarnos a lo bestia a lo que nos queda… que no es otra cosa que la Europita League. De entrada —ya casi a la vuelta de la esquina— tenemos la obligación de eliminar a ese equipo que tiene nombre taurino en forma de mensaje móvil: Stoke —estoque... utensilio de matar a toros mareados—. Así pues, pasemos página… ¡y al toro! Es lo que nos queda.
http://www.superdeporte.es/colaboradores/2012/02/10/pregunta-punset/153122.html
No le den más vueltas. La final de la Copa la tendremos que ver por la tele. Es lo justo. Tanto Athletic como Barcelona fueron superiores a Mirandés y Valencia. Pero centrémonos en lo nuestro. En nuestro equipo. Y en ese montón de cositas leves que nos convierten en el amo absoluto del limbo de los justos: estamos a años luz de los dos equipos celestiales —Madrid y Barça— y un poquito más arriba del resto de la cuadrilla ´infernal´. Somos terceros para siempre. Los del limbo. Donde no anida la pasión ni para bien ni para mal.
Mi gran titular
Lo tenía pensado y bien pensado. Es más, daba por hecho que si el Valencia daba la sorpresa en el Camp Nou lo iba a utilizar en un visto y no visto. Pero no ha podido ser. Mi titular se queda —como el propio Valencia— en el limbo del anonimato. Los de Pep Guardiola merecieron pasar a la final y si me apuran con el resultado mucho más abultado. Lástima. De cualquier forma y aunque ya no venga a cuento voy a compartir con todos ustedes el titular que iba a poner en esta columna si hubiésemos pasado a la final. Dice —hubiera dicho— así: «¡Y hoy cena de sobaquillo!»… en homenaje, claro está, a esa mano sobaquil fuera del área de Pinto que a la postre marcó toda la eliminatoria.
Punset, ¡ayúdame!
Mi cerebro es limitado. No es uni-neuronal como el de Bosch, pero sí que está lo suficientemente castigado para no comprender asuntos tan banales como el del tremendo bajón que han experimentado Adil Rami y Víctor Ruiz. Cuando comenzó la temporada nos llenábamos la boca hablando de la mejor pareja de centrales de la liga. Hoy ya no. A fecha de hoy —y visto el pésimo rendimiento de ambos en el Camp Nou— andaríamos todos dándole guantazos mediáticos a Braulio por su mala gestión ´fichajil´. Así pues, y como ando justo de neuronas para descubrir qué narices está pasando con estos dos jugadores, no me queda más remedio que echar mano de Punset para que me resuelva el enigma: ¿Qué parte de nuestra mente es tan perversa, querido Eduard, para convertir a dos grandes jugadores en un par de paquetes en apenas unos meses? Aguardo respuestas. ¿Ustedes tienen alguna?
Sobre Diego Alves
Dicen que nuestro portero da una de cal y otra de arena. Y yo no estoy de acuerdo. En Barcelona si no es por él el resultado podría haber sido escandaloso. ¿Qué no estuvo inspirado en el primer gol? Pues miren, si en el resto del partido hubiera estado igual de mal inspirado que Rami y Víctor Ruiz, el resultado final bien pudiera haber sido siete u ocho a cero. Diego pudo tener un fallo… pero el resto de la defensa tuvo ochenta mil.
Jordi contra Puyol
Nada más empezar la segunda parte el Valencia estuvo a punto de empatar. Jordi Alba le ganó la espalda a Puyol —¡le ganó la espalda a Puyol!—, fue más rápido que el capitán blaugrana y sólo la afortunada intervención de Pinto evitó la igualada. ¿Y saben una cosa? Esa jugada, esa internada de Jordi Alba a velocidad de vértigo, pone a nuestro jugador un pasito más cerca de la órbita del Barça. Si es capaz de dejar tirado a Puyol…
La Europita League
Bien, una vez apeados de la Copa del Rey y con el poco motivante objetivo de quedar terceros en la competición regular de Liga, debemos aferrarnos a lo bestia a lo que nos queda… que no es otra cosa que la Europita League. De entrada —ya casi a la vuelta de la esquina— tenemos la obligación de eliminar a ese equipo que tiene nombre taurino en forma de mensaje móvil: Stoke —estoque... utensilio de matar a toros mareados—. Así pues, pasemos página… ¡y al toro! Es lo que nos queda.
http://www.superdeporte.es/colaboradores/2012/02/10/pregunta-punset/153122.html
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