Soldado y Albelda, desquiciados ante una actuación de González González que marca el primer asalto
JUAN CARLOS VILLENA jcvillena@lasprovincias.es VALENCIA..-
Por una noche Pinto fue Colorado. El gaditano quiso homenajear a su abuelo fallecido y de ese color, rojo pasión, se le quedarán las mejillas a González González y a su asistente Sánchez Santos cuando vean por televisión las claras manos del portero que no observaron cuando el partido aún estaba empate a cero. Debió ser expulsión. Y el error puede marcar una semifinal tan igualada.
Los grandes partidos empiezan a ganarse en el túnel de vestuarios. Allí se cruzaron las miradas Messi con Albelda, Soldado con Puyol o Rami con Cesc. Todos leyeron el 'Jo crec' en la Grada de la Mar, y lo entendieron, porque los jugadores de Pep entienden el valenciano.
Emery marcó estilo desde el minuto uno, americana fina para una cita histórica aunque el viento delataba que precisamente no empezaba a venir calor de tierras siberianas. Guardiola fue más conservador y optó por el abrigo. Cuando Pinto tocó el balón de forma clara fuera del area ya quedó en segundo planto el recuerdo del portero gaditano a su abuelo. Por entonces Soldado se acordaba, no hay que ser estudiante erasmus para leer los labios, de todo lo que se puede y no se puede escribir al asistente de González González que se 'cenó' la clara expulsión.
El grito de «Manoooooo» llegó hasta Gran Canaria. En un domicilio de la isla un chaval se sentó delante del televisor soñando con vivir en muy poco tiempo un partido así. Se llama Jonathan Viera Ramos, tiene 22 años y juega de interior en Las Palmas. Objeto de deseo de Real Madrid, FC Barcelona, Arsenal o Tottenham, a Braulio Vázquez se le iluminan los ojitos cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que el Valencia lo haya atado. Un nombre para tener muy presente de cara al futuro.
Y seguro que se levantó muy pronto una vez más. Fue para celebrar el golazo de Jonas, que desafió al frío polar quitándose la camiseta con el peaje de la amarilla. A Guardiola empezaba a no gustarle nada el partido mientras que Emery, con el gol, puso a prueba las costuras de su traje.
Tan tenso estaba el técnico catalán que cuando Puyol empató ocho minutos después bajó repetidamente el puño derecho reclamando con un grito el trono que se presupone a su equipo pese a que no tenga a Xavi, Villa, Alves, Valdés e Iniesta en el campo. Unai ya no sabía dónde encontrar las costuras que había puesto al límite. A esas alturas las de su cerebro estaban en ebullición bajo el punzante dolor de los goles a balón parado.
Al que no le heló la sangre el cabezazo de Carles fue a David Albelda. El capitán del Valencia descargó la frustación de la clamorosa expulsión de Pinto, que sólo dos personas de 51.800 no vieron en Mestalla, con el señor Pulido Santana, el cuarto árbrito que aguantó estoico las 'amables' palabras del jugador de la Pobla Llarga.
El partido se calentó en la segunda parte desde que Diego Alves le paró el penalti a Messi. Mathieu le dejó un recadito a Isaac Cuenca y Puyol le recriminó alguna actitud a Jordi Alba, en el Valencia siguen con el temor de que puedan ser compañeros la próxima temporada. Al final, colorín colorado, este cuento... no se ha acabado.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-02-02/arbitro-acaba-colorado-pinto-20120202.html
JUAN CARLOS VILLENA jcvillena@lasprovincias.es VALENCIA..-Por una noche Pinto fue Colorado. El gaditano quiso homenajear a su abuelo fallecido y de ese color, rojo pasión, se le quedarán las mejillas a González González y a su asistente Sánchez Santos cuando vean por televisión las claras manos del portero que no observaron cuando el partido aún estaba empate a cero. Debió ser expulsión. Y el error puede marcar una semifinal tan igualada.
Los grandes partidos empiezan a ganarse en el túnel de vestuarios. Allí se cruzaron las miradas Messi con Albelda, Soldado con Puyol o Rami con Cesc. Todos leyeron el 'Jo crec' en la Grada de la Mar, y lo entendieron, porque los jugadores de Pep entienden el valenciano.
Emery marcó estilo desde el minuto uno, americana fina para una cita histórica aunque el viento delataba que precisamente no empezaba a venir calor de tierras siberianas. Guardiola fue más conservador y optó por el abrigo. Cuando Pinto tocó el balón de forma clara fuera del area ya quedó en segundo planto el recuerdo del portero gaditano a su abuelo. Por entonces Soldado se acordaba, no hay que ser estudiante erasmus para leer los labios, de todo lo que se puede y no se puede escribir al asistente de González González que se 'cenó' la clara expulsión.
El grito de «Manoooooo» llegó hasta Gran Canaria. En un domicilio de la isla un chaval se sentó delante del televisor soñando con vivir en muy poco tiempo un partido así. Se llama Jonathan Viera Ramos, tiene 22 años y juega de interior en Las Palmas. Objeto de deseo de Real Madrid, FC Barcelona, Arsenal o Tottenham, a Braulio Vázquez se le iluminan los ojitos cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que el Valencia lo haya atado. Un nombre para tener muy presente de cara al futuro.
Y seguro que se levantó muy pronto una vez más. Fue para celebrar el golazo de Jonas, que desafió al frío polar quitándose la camiseta con el peaje de la amarilla. A Guardiola empezaba a no gustarle nada el partido mientras que Emery, con el gol, puso a prueba las costuras de su traje.
Tan tenso estaba el técnico catalán que cuando Puyol empató ocho minutos después bajó repetidamente el puño derecho reclamando con un grito el trono que se presupone a su equipo pese a que no tenga a Xavi, Villa, Alves, Valdés e Iniesta en el campo. Unai ya no sabía dónde encontrar las costuras que había puesto al límite. A esas alturas las de su cerebro estaban en ebullición bajo el punzante dolor de los goles a balón parado.
Al que no le heló la sangre el cabezazo de Carles fue a David Albelda. El capitán del Valencia descargó la frustación de la clamorosa expulsión de Pinto, que sólo dos personas de 51.800 no vieron en Mestalla, con el señor Pulido Santana, el cuarto árbrito que aguantó estoico las 'amables' palabras del jugador de la Pobla Llarga.
El partido se calentó en la segunda parte desde que Diego Alves le paró el penalti a Messi. Mathieu le dejó un recadito a Isaac Cuenca y Puyol le recriminó alguna actitud a Jordi Alba, en el Valencia siguen con el temor de que puedan ser compañeros la próxima temporada. Al final, colorín colorado, este cuento... no se ha acabado.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-02-02/arbitro-acaba-colorado-pinto-20120202.html
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