La medida obliga al club a seguir pagando 15 millones anuales en intereses pero evita que 'regale' el suelo del viejo Mestalla
La crisis obliga una vez más al Valencia a modificar su hoja de ruta. Bankia no ejecutará finalmente este verano el aval que constituyen las parcelas de Mestalla y permitirá al club aplazar al menos por un año la hipoteca de 250 millones de euros, que vence el próximo 30 de junio. Con esta decisión, la entidad que preside Manuel Llorente evita 'regalar' el suelo del viejo estadio, cuyo valor de tasación es ahora muy inferior al que tenía el día en que se firmó la hipoteca. Como contraprestación, tendrá que seguir pagando unos intereses de cerca de 15 millones de euros anuales.
Este aplazamiento concede más tiempo al Valencia para continuar rebajando su elevada deuda e intentar vender por un precio más digno las parcelas. Bankia ha decidido concederlo tras comprobar la buena evolución del club en el reajuste que ha llevado a cabo durante los últimos tiempos, que ha permitido recortar en 150 millones de euros la deuda.
El Valencia entendió igualmente que es la mejor solución en estos momentos, tal como se estableció en la última reunión del consejo de administración, pues en caso de que Bankia hubiera decidido ejecutar la hipoteca llegado el 30 de junio el club perdería patrimonio y pese a ello continuaría manteniendo una deuda importante con la caja.
Esto se debe a que el valor actual del suelo de Mestalla dista mucho del que se estimó en su día, merced a la crisis inmobiliaria. El proceso habría sido desalentador. La tasación del solar del viejo Mestalla daría como resultado una valoración muy inferior a los 250 millones de la hipoteca. La diferencia entre una cantidad y la otra sería lo que seguiría debiendo el Valencia a Bankia, con el agravante de que las parcelas habrían volado.
Es por ello por lo que ambas parte han decidido optar por la prórroga de un año, a la espera de que mejore la situación económica y pueda aparecer un comprador de las parcelas del viejo Mestalla a cambio de una cifra acorde con el valor inicial estimado.
El Valencia encuentra de esta manera un alivio, a pesar de que deberá continuar haciendo frente al pago de los intereses correspondientes que, en el último año, se elevaron a una cantidad aproximada de 15 millones de euros. El debate que puede reabrirse con este cambio de rumbo gira en torno a si ahora será necesario vender jugadores. La mayor parte de estos intereses corresponde a la hipoteca de los 250 millones, quedando una pequeña cifra que obedece a otra serie de pólizas contratadas.
La decisión de Bankia también se sustenta en la imposibilidad de asumir más suelo, aunque asimismo se valora la ubicación del terreno que ocupa el campo de Mestalla, a la espera de que el Valencia pueda venderlo al precio que merece y, al mismo tiempo, saldar la deuda actual.
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