Su equipo había perdido y se ponía solo un punto por encima del descenso, pero a pesar de la mala situación, no tenía más remedio que admitir que le llegaron al corazón los aplausos que le dedicó Mestalla cuando comenzó a calentar y cuando saltó al terreno de juego. Rufete dice que no sabe cómo agradecer tanto cariño pasados los años, pero seguramente la mejor manera sea volviendo a Mestalla a animar cada vez que el Valencia tiene un partido importante en Liga de Campeones. Como curiosidad, el Tino Costa le pidió la camiseta... El que tuvo, retuvo.
—¿Qué le pareció su regreso a Mestalla?
—Bien, fue un recibimiento bonito y especial. Le quiero dar las gracias a la gente por ese cariño que me tiene, porque después de tanto tiempo que me sigan recordando así, para mí es muy bonito.
—¿Lo esperaba?
—Bueno, volví con el Espanyol y me trataron muy bien, pero lo del domingo fue muy grande. Estaré agradecido a ese trato y es muy bonito como jugador y como persona que sucedan ese tipo de cosas. Además, cuando le tocan a uno es muy grande.
—¿Por qué le tiene tanto cariño la parroquia de Mestalla?
—Supongo que porque el equipo de aquel entonces consiguió objetivos importantes y también valoran a todos los jugadores que formaron parte de ese grupo. La gente suele identificarse con alguien más en especial, y yo ahora mismo, he tenido la suerte de que la afición se identifica con lo mismo que me ocurre a mí por la calle cuando vuelvo a Valencia. Es muy bonito y muy importante para tu persona.
—¿Escuchar a todo el campo corear su nombre es el reconocimiento al trabajo y la honradez que usted plasmaba en un terreno de juego?
—Cada jugador tiene unas cualidades y yo tengo las mías, a mí me encanta el fútbol y cada día que lo practico entrenando y jugando intento hacerlo lo mejor posible. Lo entiendo así y quizá ese sea el premio, pero los motivos no los sé porque ha sido la gente. Al final el futbolista está relacionado con sus valores y en mí caso está muy identificado que es así.
—Con este cariño se deja las puertas abiertas por si algún día tiene que volver...
—Sí, en el fútbol pasa el tiempo muy rápido y son momentos. Yo lo que quiero es cumplir el año de contrato que me queda en el Hércules y seguir trabajando en cosas dedicadas al fútbol. Lo tengo claro, el fútbol es lo que más me ha dado a mí y espero poder devolvérselo algún día.
—¿Ha ido alguna vez a Mestalla como aficionado?
—Esta temporada he venido a ver al Manchester y el Glasgow Rangers, dos partidos de Champions.
—¿Dónde los vio?
—Uno en el palco y otro en la grada.
—¿Tiene todavía su corazón un rincón valencianista?
—Eso siempre, cuando vengo a Mestalla me gusta verles ganar aunque a veces se sufre.
—El próximo sábado se enfrentan al Atlético en el Calderón y regresa la Champions, ¿cómo ve la eliminatoria contra el Schalke?
—Creo que tienen una buena posibilidad de pasar a cuartos de final con el rival que les ha tocado, pero bueno, sabemos que la Champions da muchas sorpresas y hay que estar muy concienciado de que de aquí al último partido todos los encuentros son finales y deben afrontarse así.
—¿Nota muchas diferencias desde la grada?
—Diferencias hay muchas, no es lo mismo ser protagonista a verlo desde la grada. Eso es obvio. Pero sí que se puede comprobar de primera mano cómo está de enganchada la afición del Valencia cada vez que su equipo juega un partido de Champions, y evidentemente aprender muchas otras cosas que no ves desde dentro o no consigues verlas.
—¿Sufrió mucho?
—Contra el Manchester sí, porque el Valencia hizo méritos para ganar ese partido. En Europa cualquier rival sabe defenderse bien, como hicieron los ingleses aquel día, y encima tienen mucha pegada. El Manchester siempre es uno de los favoritos y al final ganaron.
—¿Estará en la grada el día del Schalke?
—Intentaré venir, eso seguro.
—Tras el triunfo contra el Hércules, el Valencia se coloca a un punto del tercer puesto que actualmente ocupa el Villarreal. ¿Va a ser una lucha cerrada entre los dos o aún se pueden enganchar los equipos de atrás?
—Aún queda mucha liga, si tienes un par de tropiezos seguidos puedes enganchar a la gente que viene por detrás, pero tampoco podemos obviar que hay un pelotón de seis o siete equipos que se están separando del resto. El Valencia está ahí y siempre ha sido un candidato a disputar la Champions, siempre es un rival a batir, venir a jugar a Mestalla es muy bonito, el Valencia en eso no ha cambiado nada desde mi marcha.
—Tuvo oportunidad de entrar al vestuario, ¿a quién se encontró?
—(Risas) A los que van quedando, que son pocos... he saludado a David, he estado hablando con Vicente, Espanyeta, con los utilleros, con Otxotorena...
—¿Y qué le vino a la cabeza?
—Bueno, bueno. Coger a Espanyeta y hacerle una de las bromas que le hacíamos en mi época (risas). Te viene a la cabeza que has estado ahí, que has vivido cosas importantes con tanto compañerismo y compromiso, por eso conseguimos los éxitos. Y ese el mejor recuerdo que tiene uno.
—¿Se intercambió la camiseta con alguien del Valencia?
—Sí, vino a cambiármela Tino Costa.
—¿Por algún motivo en especial? Se trata de un recién llegado.
—Pues no lo sé, quería tener mi camiseta...
—¿Y eso?
—Estaba delante Otxotorena y cuando nos vio le dijo a Tino que se estaba cambiando la camiseta con una leyenda, y le he tenido que puntualizar que todavía no me he retirado (risas), y Tino le contestó que por eso había venido a cambiársela conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario