Después de ver durante nueve meses cómo la obra más emblemática del Valencia pasaba los días abandonada, ha llegado el momento que puede devolver la vida a esos desolados cimientos. El club se reúne hoy con la UTE para alcanzar un acuerdo de reactivación del trabajo en el nuevo Mestalla.
El objetivo del consejo de administración es apuntarse un tanto y presentarse en la junta de accionistas de mañana con un acuerdo en mano que represente el reflotamiento de un ambicioso proyecto, como adelantó ayer LAS PROVINCIAS. En un principio, el Valencia y la Unión Temporal de Trabajadores, compuesta por FCC y Bertolín, acuden a la cita con unas posturas distanciadas. Sin embargo, la buena predisposición y la necesidad que comparten los dos implicados puede favorecer el acuerdo más deseado.
La propuesta es bien clara. La directiva, que se reunió el miércoles, pretende pagar a la UTE unos 12 millones de euros y abonar el resto de la deuda en diferentes plazos. Pero este ofrecimiento parece insuficiente.
Las empresas constructoras, a las que se les debe un total de 50 millones aproximadamente, se sentarán hoy con la idea de reclamar una mayor cantidad en el primer pago. La entidad blanquinegra recurrirá al dinero recaudado en la primera fase de la ampliación de capital.
Los fondos son limitadísimos. Así que el presidente, Manuel Llorente, y el vicepresidente, Javier Gómez, se agarrarán a la precariedad económica de la sociedad para regatear los balones que le lance de la UTE.
Al fin y al cabo, a las dos partes les interesa desatascar una situación que está llegando demasiado lejos. Por un lado, el Valencia se ve obligado a trastocar sus planes de inauguración del estadio, al tiempo que la imagen del club está quedando tremendamente perjudicada por mantener las obras paradas durante tanto tiempo.
Mientras tanto, FCC y Bertolín se darían un pequeño respiro después de que, a principios de año, se vieran obligados a despedir a numerosos trabajadores por no dar abasto con los gastos en materiales y personal. Cada día acudían a la avenida Cortes Valencianas menos empleados. Hasta que definitivamente la UTE, tras varias advertencias, optó por paralizar las obras. Y así se ha llegado al día de hoy.
Un estadio que estaba previsto inaugurarse esta temporada tendrá que esperar un año más para ser estrenado sin estar concluido totalmente. Siempre que la nueva planificación vaya sobre ruedas. El objetivo del Valencia es arrancar la campaña 2010-11 con el nuevo Mestalla ligeramente desnudo, es decir, sin la cubierta acabada.
El pasado día 10 se cumplieron tres años desde que el futuro campo fuera presentado oficialmente. Todo el mundo quedó fascinado. «El mejor estadio cinco estrellas del mundo para el siglo XXI», afirmaba entonces el arquitecto, Mark Fenwick.
Ahora, cuando aquello que sólo era una maqueta ya debería haber acogido algún encuentro de fútbol ante unas gradas con capacidad para 75.000 personas, el mismo Fenwick expresa su deseo de reanudar los trabajos en el primer trimestre de 2010. Cómo han cambiado las cosas.
El arquitecto también destaca que el proyecto ha estado condicionado desde su presentación por la circunstancia de que por el club han pasado cinco presidentes y por la etapa de austeridad que en estos momentos vive el Valencia.
Los dirigentes blanquinegros piensan en la fórmula más factible de abrir las puertas del nuevo recinto. Aunque la alcaldesa de Valencia no es partidaria de ello, el consejo ha preparado diferentes modificaciones en el diseño para abaratar costes. Eso sí, conservando la funcionalidad planeada inicialmente. Sea cuál sea la solución, el futuro pasa por hoy.
El objetivo del consejo de administración es apuntarse un tanto y presentarse en la junta de accionistas de mañana con un acuerdo en mano que represente el reflotamiento de un ambicioso proyecto, como adelantó ayer LAS PROVINCIAS. En un principio, el Valencia y la Unión Temporal de Trabajadores, compuesta por FCC y Bertolín, acuden a la cita con unas posturas distanciadas. Sin embargo, la buena predisposición y la necesidad que comparten los dos implicados puede favorecer el acuerdo más deseado.
La propuesta es bien clara. La directiva, que se reunió el miércoles, pretende pagar a la UTE unos 12 millones de euros y abonar el resto de la deuda en diferentes plazos. Pero este ofrecimiento parece insuficiente.
Las empresas constructoras, a las que se les debe un total de 50 millones aproximadamente, se sentarán hoy con la idea de reclamar una mayor cantidad en el primer pago. La entidad blanquinegra recurrirá al dinero recaudado en la primera fase de la ampliación de capital.
Los fondos son limitadísimos. Así que el presidente, Manuel Llorente, y el vicepresidente, Javier Gómez, se agarrarán a la precariedad económica de la sociedad para regatear los balones que le lance de la UTE.
Al fin y al cabo, a las dos partes les interesa desatascar una situación que está llegando demasiado lejos. Por un lado, el Valencia se ve obligado a trastocar sus planes de inauguración del estadio, al tiempo que la imagen del club está quedando tremendamente perjudicada por mantener las obras paradas durante tanto tiempo.
Mientras tanto, FCC y Bertolín se darían un pequeño respiro después de que, a principios de año, se vieran obligados a despedir a numerosos trabajadores por no dar abasto con los gastos en materiales y personal. Cada día acudían a la avenida Cortes Valencianas menos empleados. Hasta que definitivamente la UTE, tras varias advertencias, optó por paralizar las obras. Y así se ha llegado al día de hoy.
Un estadio que estaba previsto inaugurarse esta temporada tendrá que esperar un año más para ser estrenado sin estar concluido totalmente. Siempre que la nueva planificación vaya sobre ruedas. El objetivo del Valencia es arrancar la campaña 2010-11 con el nuevo Mestalla ligeramente desnudo, es decir, sin la cubierta acabada.
El pasado día 10 se cumplieron tres años desde que el futuro campo fuera presentado oficialmente. Todo el mundo quedó fascinado. «El mejor estadio cinco estrellas del mundo para el siglo XXI», afirmaba entonces el arquitecto, Mark Fenwick.
Ahora, cuando aquello que sólo era una maqueta ya debería haber acogido algún encuentro de fútbol ante unas gradas con capacidad para 75.000 personas, el mismo Fenwick expresa su deseo de reanudar los trabajos en el primer trimestre de 2010. Cómo han cambiado las cosas.
El arquitecto también destaca que el proyecto ha estado condicionado desde su presentación por la circunstancia de que por el club han pasado cinco presidentes y por la etapa de austeridad que en estos momentos vive el Valencia.
Los dirigentes blanquinegros piensan en la fórmula más factible de abrir las puertas del nuevo recinto. Aunque la alcaldesa de Valencia no es partidaria de ello, el consejo ha preparado diferentes modificaciones en el diseño para abaratar costes. Eso sí, conservando la funcionalidad planeada inicialmente. Sea cuál sea la solución, el futuro pasa por hoy.
Barberá no quiere cambios en el diseño de la cubierta
El mismo estadio que el presentado en el Museo de las Artes y las Ciencias. La alcaldesa Rita Barberá aplaudió ayer la continuidad de las obras del nuevo campo de fútbol del Valencia, en lo que ahora negocian el club y la UTE, aunque matizó que apuesta por no modificar el diseño inicial.
La cubierta y fachadas de aluminio diseñadas por Mark Fenwick y Javier Iribarren se han convertido ya, aunque sólo se han visto en una figuración virtual, en uno de los próximos iconos arquitectónicos de la ciudad. El deseo del gobierno municipal, por lo tanto, es que el abaratamiento de costes que pretende Manuel Llorente no afecte a los elementos más emblemáticos, como la gigantesca piel que debe resguardar a los 75.000 espectadores que acudan al nuevo coliseo valencianista.
La alcaldesa abogó porque el reinicio de las obras sea una «solución de continuidad» y que las distintas fases no se interrumpan. La estructura de hormigón está terminada y en el momento de la paralización se estaba a punto de contratar la compra de los pilares metálicos. El solar del nuevo estadio procede de una permuta con el Ayuntamiento, aunque el club todavía no ha abonado 17 millones pendientes.
La cubierta y fachadas de aluminio diseñadas por Mark Fenwick y Javier Iribarren se han convertido ya, aunque sólo se han visto en una figuración virtual, en uno de los próximos iconos arquitectónicos de la ciudad. El deseo del gobierno municipal, por lo tanto, es que el abaratamiento de costes que pretende Manuel Llorente no afecte a los elementos más emblemáticos, como la gigantesca piel que debe resguardar a los 75.000 espectadores que acudan al nuevo coliseo valencianista.
La alcaldesa abogó porque el reinicio de las obras sea una «solución de continuidad» y que las distintas fases no se interrumpan. La estructura de hormigón está terminada y en el momento de la paralización se estaba a punto de contratar la compra de los pilares metálicos. El solar del nuevo estadio procede de una permuta con el Ayuntamiento, aunque el club todavía no ha abonado 17 millones pendientes.
El Valencia negocia con Soler comprarle la torre de Mestalla antes de que se ejecute el concurso de acreedores a Urbanas de Levante
Tal y como hemos avanzado a las tres de la tarde dentro de nuestro programa Juego Limpio Valencia (de lunes a viernes de 15.00 a 16.00 horas en el 92.0 FM) el Valencia está negociando con Juan Soler llegar a un acuerdo previo para la recompra de la famosa Torre de Mestalla que en su momento compró el ex máximo accionista del Valencia pagándole los 13 millones que el Valencia ha ingresado de Soler por la torre (fue una sugerencia de Vicente Andreu al consejo hace dos semanas). La obsesión es llegar a un acuerdo previo a que se ejecute el concurso de acreedores a Urbanas de Levante (la empresa que utilizó Soler para la compra) porque de no haber un acuerdo antes del concurso sería el juez concursal el que decidiría que pasa con la torre con el perjuicio económico para el Valencia y la nula libertad de movimientos para vender las parcelas como una única unidad.
Las negociaciones ya han comenzado con Juan Soler y el Valencia le ha puesto encima de la mesa al ex presidente la siguiente oferta: pagarle 7 millones ahora y los 6 restantes hasta los 13 condicionados a una futura venta de las parcelas (vamos que esos 6 los cobraría Soler cuando se vendieran las parcelas). El acuerdo previo antes del Concurso de Acreedores de Urbanas de levante interesa al Valencia y al propio Soler. Al club porque le permite tener libertad para vender las parcelas como una unidad y a Soler porque le asegura cobrar los 13 millones de euros sin que el juez concursal pueda decir nada.
Si se llega a ese acuerdo previo se presentarán los documentos al juez concursal y a los administradores judiciales que en su momento la justicia ponga al frente de los designios de Urbanas de Levante para que quede constancia de que con ese bien (la torre de Mestalla) se ha llegado a un acuerdo previo al concurso para que no compute en las decisiones de la administración concursal de la promotora.
Las negociaciones ya han comenzado con Juan Soler y el Valencia le ha puesto encima de la mesa al ex presidente la siguiente oferta: pagarle 7 millones ahora y los 6 restantes hasta los 13 condicionados a una futura venta de las parcelas (vamos que esos 6 los cobraría Soler cuando se vendieran las parcelas). El acuerdo previo antes del Concurso de Acreedores de Urbanas de levante interesa al Valencia y al propio Soler. Al club porque le permite tener libertad para vender las parcelas como una unidad y a Soler porque le asegura cobrar los 13 millones de euros sin que el juez concursal pueda decir nada.
Si se llega a ese acuerdo previo se presentarán los documentos al juez concursal y a los administradores judiciales que en su momento la justicia ponga al frente de los designios de Urbanas de Levante para que quede constancia de que con ese bien (la torre de Mestalla) se ha llegado a un acuerdo previo al concurso para que no compute en las decisiones de la administración concursal de la promotora.
El Mirador del Deporte Valenciano
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