Justo en el momento en el que el mensaje del consejo de administración del Valencia continúa siendo el de advertir que el futuro económico es complicadísimo, a la secretaría técnica del club le llega la primera dificultad en su política de fichajes. A Jovanovic, el hombre a quien la dirección deportiva había etiquetado como ideal de cara al próximo proyecto (reunía los dos requisitos necesarios: bueno y barato), le parece escasa la propuesta económica que le puso el Valencia sobre la mesa (y que aumentó respecto a la primera oferta).
La estrategia de Jovanovic y de su agente se veía venir prácticamente desde el principio. El delantero internacional serbio acaba contrato en junio y por ello el tiempo corre a su favor puesto que está en disposición de jugar la baza que más le interese. El Valencia no es el único club que ha mostrado interés por él y de ahí que la cosa se vaya complicando conforme vayan pasando las fechas, aunque a decir verdad como no se ha comprometido con ningún otro equipo, en el club no se cierra esta opción.
Lo que es firme es que el Valencia no va a entrar en 'plan mercadito' a regatear. La propuesta está ahí y es ya desde hace bastantes fechas inamovible: un contrato por tres años más otro opcional o la variante, con algo menos de cuantía, de cuatro años fijos de contrato.
Mientras tanto al equipo de trabajo que dirige Fernando Gómez no le queda otro remedio que mantener otras vías de futuro mientras esta primera opción no se diluya.
No obstante, antes hay que despejar lo más próximo, que es el mercado de diciembre. Y ahí están los casos de Míchel y Nacho González (lesionado e inédito). Con el valenciano, Emery ya sabe que sólo tendría que recurrir a él en caso de verdadera necesidad para no estropearle una cesión en diciembre ya que está justo al límite: lleva cuatro partidos oficiales disputados y uno más le impediría recalar en un Primera. Lo de Nacho es ciertamente complicado. Al no jugar, no hay puerta que se le abra. El problema es que en junio el Valencia vuelve tener una treintena de futbolistas en nómina.
La estrategia de Jovanovic y de su agente se veía venir prácticamente desde el principio. El delantero internacional serbio acaba contrato en junio y por ello el tiempo corre a su favor puesto que está en disposición de jugar la baza que más le interese. El Valencia no es el único club que ha mostrado interés por él y de ahí que la cosa se vaya complicando conforme vayan pasando las fechas, aunque a decir verdad como no se ha comprometido con ningún otro equipo, en el club no se cierra esta opción.
Lo que es firme es que el Valencia no va a entrar en 'plan mercadito' a regatear. La propuesta está ahí y es ya desde hace bastantes fechas inamovible: un contrato por tres años más otro opcional o la variante, con algo menos de cuantía, de cuatro años fijos de contrato.
Mientras tanto al equipo de trabajo que dirige Fernando Gómez no le queda otro remedio que mantener otras vías de futuro mientras esta primera opción no se diluya.
No obstante, antes hay que despejar lo más próximo, que es el mercado de diciembre. Y ahí están los casos de Míchel y Nacho González (lesionado e inédito). Con el valenciano, Emery ya sabe que sólo tendría que recurrir a él en caso de verdadera necesidad para no estropearle una cesión en diciembre ya que está justo al límite: lleva cuatro partidos oficiales disputados y uno más le impediría recalar en un Primera. Lo de Nacho es ciertamente complicado. Al no jugar, no hay puerta que se le abra. El problema es que en junio el Valencia vuelve tener una treintena de futbolistas en nómina.
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