El seleccionador Löw, el capitán Ballack, la cúpula federativa y 35.000 personas asisten al sepelio del meta
El seleccionador alemán, Joachim Low, su capitán, Michael Ballack, y la cúpula en pleno de fútbol alemán se sumaron al duelo de los 35.000 aficionados que marcharon por Hannover en recuerdo de su arquero Robert Enke, de 32 años, cuyo suicidio ayer ha sumido a Alemania en una profunda conmoción.
Al llanto del manager de la selección, Oliver Bierhoff, en la conferencia de prensa donde se anunció la cancelación del amistoso contra Chile, siguió por la noche el desfile de rostros desencajados de sus compañeros, arropando a la viuda, Teresa, y entre los miles de ciudadanos congregados ante una abarrotada iglesia de Hannover.
A Ballack, Low y otros miembros de la selección, así como al técnico de los guardametas, Andreas Kopke, se sumó el presidente de la Federación Alemania de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger, quien antes había explicado que ninguno de sus jugadores se sentía con ánimos de jugar el sábado, lo que había sido aceptado con respeto por Chile.
Ballack conocía a Enke desde los trece años y el resto del conjunto había compartido mucho con él, recordó Bierhoff. Al emotivo oficio religioso siguió una marcha espontánea integrada por 35.000 seguidores, según cifras policiales, hasta el estadio de fútbol del equipo actual del jugador.
A lo largo de la jornada, miles de ciudadanos convirtieron en un manto de velas, flores y mensajes escritos las inmediaciones del estadio, del paso ferroviario donde se suicidó ayer Enke y de la iglesia de la ciudad, donde tuvo lugar un oficio religioso.
Alemania se encuentra en estado de shock desde el suicidio ayer de Enke, quien murió arrollado por un tren en un barrio de Hannover y dejó escrita una carta de despedida pidiendo perdón por su acción desesperada.
Los mensajes de duelo han ido del estamento político, encabezado por la canciller Angela Merkel, al futbolístico, por parte del presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Para muchos, la imagen de la jornada fueron las lágrimas de Bierhoff en la conferencia de prensa. Para otros, el rostro contenido de la viuda, Teresa, explicando con voz entrecortada ante la prensa la lucha perdida de su marido contra la depresión.
Las explicaciones de la viuda, acompañada por el médico que trató a su esposo, dieron más o menos respuesta a la pregunta que desde ayer se hacía toda Alemania sobre el porqué de la trágica decisión.
Se sabía que el arquero, ex jugador del Barcelona y del Tenerife, ahora a las órdenes del Hannover, sufrió un golpe terrible en 2006 con la muerte de su hija Lara, de dos años, tras varias operaciones infructuosas y a consecuencia de una dolencia congénita cardíaca.
Enke y su mujer adoptaron el pasado mayo una niña, Leila, de ocho meses ahora, pero al parecer ni así recuperó la alegría de vivir. Teresa y el médico, Valentin Makser, revelaron la lucha de Enke contra la depresión recurrente, desde 2003, y cómo éste ocultó su recaída, hace unos meses, por el temor a perder a su hija adoptada.
Enke había estado por primera vez en tratamiento en 2003, después de su paso por el Barcelona y el Fenerbace Estambul que había generado en él un miedo patológico al fracaso.
El jugador, que ha dejado una carta de despedida, ocultó a todos la gravedad de su recaída, en parte también por el temor a quedar excluido del Mundial 2010 de Sudáfrica.
No había estado en varios partidos internacionales, supuestamente por una infección intestinal, y tampoco había sido convocado por Low para el amistoso contra Chile ni el posterior partido contra Costa de Marfil, cuatro días después. "Tenía pánico de perder el fútbol y de perder a Leila", explicó Teresa. "Pensamos que con amor lo superaríamos. No fue suficiente", añadió.
Noticia de Superdeporte.
El seleccionador alemán, Joachim Low, su capitán, Michael Ballack, y la cúpula en pleno de fútbol alemán se sumaron al duelo de los 35.000 aficionados que marcharon por Hannover en recuerdo de su arquero Robert Enke, de 32 años, cuyo suicidio ayer ha sumido a Alemania en una profunda conmoción.
Al llanto del manager de la selección, Oliver Bierhoff, en la conferencia de prensa donde se anunció la cancelación del amistoso contra Chile, siguió por la noche el desfile de rostros desencajados de sus compañeros, arropando a la viuda, Teresa, y entre los miles de ciudadanos congregados ante una abarrotada iglesia de Hannover.
A Ballack, Low y otros miembros de la selección, así como al técnico de los guardametas, Andreas Kopke, se sumó el presidente de la Federación Alemania de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger, quien antes había explicado que ninguno de sus jugadores se sentía con ánimos de jugar el sábado, lo que había sido aceptado con respeto por Chile.
Ballack conocía a Enke desde los trece años y el resto del conjunto había compartido mucho con él, recordó Bierhoff. Al emotivo oficio religioso siguió una marcha espontánea integrada por 35.000 seguidores, según cifras policiales, hasta el estadio de fútbol del equipo actual del jugador.
A lo largo de la jornada, miles de ciudadanos convirtieron en un manto de velas, flores y mensajes escritos las inmediaciones del estadio, del paso ferroviario donde se suicidó ayer Enke y de la iglesia de la ciudad, donde tuvo lugar un oficio religioso.
Alemania se encuentra en estado de shock desde el suicidio ayer de Enke, quien murió arrollado por un tren en un barrio de Hannover y dejó escrita una carta de despedida pidiendo perdón por su acción desesperada.
Los mensajes de duelo han ido del estamento político, encabezado por la canciller Angela Merkel, al futbolístico, por parte del presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Para muchos, la imagen de la jornada fueron las lágrimas de Bierhoff en la conferencia de prensa. Para otros, el rostro contenido de la viuda, Teresa, explicando con voz entrecortada ante la prensa la lucha perdida de su marido contra la depresión.
Las explicaciones de la viuda, acompañada por el médico que trató a su esposo, dieron más o menos respuesta a la pregunta que desde ayer se hacía toda Alemania sobre el porqué de la trágica decisión.
Se sabía que el arquero, ex jugador del Barcelona y del Tenerife, ahora a las órdenes del Hannover, sufrió un golpe terrible en 2006 con la muerte de su hija Lara, de dos años, tras varias operaciones infructuosas y a consecuencia de una dolencia congénita cardíaca.
Enke y su mujer adoptaron el pasado mayo una niña, Leila, de ocho meses ahora, pero al parecer ni así recuperó la alegría de vivir. Teresa y el médico, Valentin Makser, revelaron la lucha de Enke contra la depresión recurrente, desde 2003, y cómo éste ocultó su recaída, hace unos meses, por el temor a perder a su hija adoptada.
Enke había estado por primera vez en tratamiento en 2003, después de su paso por el Barcelona y el Fenerbace Estambul que había generado en él un miedo patológico al fracaso.
El jugador, que ha dejado una carta de despedida, ocultó a todos la gravedad de su recaída, en parte también por el temor a quedar excluido del Mundial 2010 de Sudáfrica.
No había estado en varios partidos internacionales, supuestamente por una infección intestinal, y tampoco había sido convocado por Low para el amistoso contra Chile ni el posterior partido contra Costa de Marfil, cuatro días después. "Tenía pánico de perder el fútbol y de perder a Leila", explicó Teresa. "Pensamos que con amor lo superaríamos. No fue suficiente", añadió.
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