Vicente Bau - Lleno. Lleno hasta la bandera. El viejo coliseo de Mestalla tiene ganas de marcha. Y él vive al margen de los avatares de la mercantil. Y sabe que llega el Barça, el mega Barça, un equipo al que llevan años (sus detractores mesetarios) anunciando que está al final de un ciclo pero que sigue ganando con autoridad. Y tiene a Messi. Y tiene a Neymar. Y a Iniesta, Xavi, Piqué... y a un montón de jugadores en su plantilla que cualquiera de ellos sería titular sin despeinarse en el Valencia. Pero a Mestalla le da igual. Va a por todas. Mañana quiere tumbar a los blaugrana.
La hora de Djukic. Al entrenador del Valencia le comienzan a mirar con lupa. Habla bien, rotundo, categórico, con voz de mando... pero esa voz de mando no hace acto de presencia luego sobre el terreno de juego. Las palabras y los hechos no están sincronizados. Ahora bien, ante el Barça, existe un valor añadido que le encanta a Djukic y que no va a ser necesario que se lo imponga por la fuerza a sus jugadores. La implicación. La implicación es vital para Miroslav. Y en partidos como este no existe un sólo futbolista sobre la faz de la tierra que no se implique a lo bestia desde el minuto uno.
Y juega Tebas. De la entrega del Valencia no tengo la más mínima duda. Ahora bien, sobre el devenir del partido sí que me preocupa una cosa... al margen del enorme potencial del Barcelona. ¿Se notará la mano del señor Tebas sobre la vieja hierba de Mestalla? ¿Dejará su sello en el resultado final ese señor que reparte los dineros de la televisión de una forma grotesca? Miren, vale que el Valencia se ha gestionado de pena en los últimos años... pero si Tebas fuera valenciano y valencianista y repartiera el dinero de la televisión con algo de raciocinio el Barça sería un poquito menos Barça y el Valencia sería un poquito más Valencia.
Pabón, el nuevo «Piojo». Desconozco si jugará de entrada o permanecerá en el banquillo a la espera de entrar para montar una revolución. Pero si el colombiano Pabón tiene algo que ver con el añorado «Piojo» no hay mejor partido que éste duelo contra el Barça para ver sus cualidades... y disfrutarlas. Piojo, recuerden, se convirtió durante muchos partidos en el azote de la zaga blaugrana. Y miren, para ser sinceros, una galopada de Pabón que acabe con un pepinazo final (Pabón pega a la bola que la rompe) definiendo el partido sería el mejor regalo que se le podría hacer a ese viejo coliseo llamado Mestalla y que una vez más estará lleno para apoyar a los suyos. Y Mestalla vibrará...
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