El vicepresidente valora el trabajo de la Fundación y reitera que mientras el juez no reponga el aval la postura del Consell es firme Císcar mantiene el pulso de la Generalitat pese a la maniobra judicial de Bankia

El primer mensaje, contundente y dirigido a Bankia, dio paso a una defensa pública del trabajo que la Fundación presidida por Aurelio Martínez está llevando a cabo. Un gesto que el patronato había pedido a la Generalitat en las últimas semanas y que ayer se escenificó en el Palacio de Fuentehermosa: «Quiero poner en valor el trabajo del nuevo equipo de trabajo de la Fundación. En seis meses han conseguido pagar una cantidad importante y han comunicado que harán frente a otra cantidad en los próximos meses. Están trabajando bien, con más tiempo y si les dejan trabajar pueden conseguir los recursos necesarios para hacer frente a las obligaciones de pago».
Bankia ya conocía que ni la Fundación ni el IVF (si tenía alguna duda la despejó Císcar), iba a abonar ayer el dinero reclamado, fecha en la que expiraba el plazo que la entidad financiera redactó en el burofax que envió al miércoles a ambas entidades. Es por ello que, para evitar la vía judicial que será el siguiente paso que tome el banco, el patronato quiere sentar en una mesa a todas las partes implicadas en un conflicto que tiene visos de enquistarse hasta que el TSJ dicte una resolución sobre el recurso del auto de la jueza Alabau que invalidó el aval del IVF. El portavoz del Consell abrió ayer la puerta a participar en el cónclave: «No nos vamos a negar a sentarnos con nadie, y en este caso no será una excepción. Pero en esa reunión no podremos decir nada diferente de la situación legal que tenemos. A día de hoy los datos son claros y contundentes. Hasta se nos podría acusar de prevaricación y de desobediencia judicial si pagamos; sería kafkiano. Lo tiene que entender Bankia, la Fundación y la opinión pública».
El vicepresidente de la Generalitat quiso aprovechar el momento para lanzar al aire una reflexión con respecto a las ayudas públicas a las entidades deportivas: «Los avales a los clubes de fútbol se produjeron en otro momento, ahora hay muchas cosas que atender y desgraciadamente no podemos llegar a todas. El contexto era otro y ninguno lo veía mal entonces, ni la opinión pública ni los otros partidos políticos. Nadie salió a decir que no se debió hacer. Pero en la situación actual la Generalitat no daría ni un euro de aval a un club de fútbol porque es materialmente imposible».
Una afirmación que terminó con un compromiso que, de forma velada, reveló una crítica al pasado más reciente. Al que llevó a la firma, en el verano de 2009, del aval que permitió al Valencia completar la ampliación de capital. «La función de la Generalitat no es avalar a clubes de fútbol. Aunque vinieran nuevas condiciones favorables, nuestra opinión no va a variar». Para apoyar su argumento, Císcar recordó que la Unión Europea ha vuelto a abrir el debate sobre las ayudas públicas a las entidades deportivas, una práctica que ha sido habitual en España en la última década en todas las disciplinas. «Sería muy prudente por parte de todos esperar a lo que dice el organismo europeo al respecto», sentenció el vicepresidente del Consell
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