JULIÁN MONTORO A noventa minutos de volver a una final europea el valencianismo está en plena ebullición, casi en pie de guerra. Han sido unos años de crisis, de números rojos, dudas y fantasmas, quizá por eso pocas veces un título y una final han sido tan deseadas por tanta gente. Ahora es cuando muchos entendemos lo difícil que es, lo difícil que fue aquello que ocurrió entre el 2000 y el 2004 y muchas veces no supimos valorar en su justa medida. Hoy, ocho años después de levantar esta misma copa en Goteborg, el Valencia CF puede ganarse de nuevo el derecho a soñar. Para todos, los que vivieron los años oscuros, los que tuvieron la suerte de volver a ver a su equipo campeón y los que son tan pequeños que todavía no han visto al Valencia en una final europea, once jugadores con el uniforme blanc i negre saltarán al césped de Mestalla en busca del billete para Bucarest.
Hay que ganar por dos goles al Atlético de Madrid y no será fácil, nunca lo ha sido llegar hasta donde sólo llegan los grandes. Si el Valencia es el de hace una semana en el Calderón, no hay partido y no hay final, pero algo dice que esta vez no será así. Hoy, en una caldera de Mestalla impensable hace apenas dos semanas, a nadie le cabe en la cabeza que exista un equipo capaz de salir a jugar con más hambre, intensidad y excitación que el Valencia. Esa fue la clave en el partido de ida, una caldera y un equipo extramotivado, y así ha de ser la respuesta. De momento, el Calderón dio ventaja al Atlético y esta noche, como dijo el capitán David Albelda, «tenemos que cambiar el rumbo de la eliminatoria, nos hicieron sufrir mucho, nos ganaron en todos los duelos, pero estamos preparados para corregirlo. Está muy cuesta arriba pero creemos en que se puede conseguir».
Ejemplo de Ladillo
Emery llevaba idea de repetir el once que goleó el domingo al Betis, aunque a última hora le puede hacer dudar la recuperación de Mathieu. Si en la última toma de contacto de hoy el francés ofrece suficientes garantías, el técnico pondrá la banda izquierda que más ha utilizado en los partidos importantes, es decir Mathieu y Jordi Alba. Si no, el sitio sería para Jonas con alguna opción para Pablo Hernández.Respecto a Canales, muy mal lo tendría que ver Unai para atreverse a no poner en el partido clave al jugador de moda. Además, con desventaja en el marcador y la necesidad de marcar primero, tener el balón y sobre todo saber muy bien lo que hacer con él en los últimos metros es vital. Está el orgullo, la intensidad y el hambre por estar en la final, pero hasta Bucarest también hay que llegar con fútbol. Todo lo demás corre a cargo de Mestalla.
http://www.superdeporte.es/valencia/2012/04/26/valencia-cf-busca-final/160073.html
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