Manuel Llorente pide explicaciones a Emery durante una hora tras la tercera bronca consecutiva del público al Valencia Mestalla explota al final del encuentro y despide con pañuelos a jugadores, técnico y presidente
TONI CALERO VALENCIA..- Manuel Llorente charlaba contrariado con el resto de consejeros del Valencia mientras Mestalla expresaba su ira por tercer encuentro consecutivo. Con gesto serio, soportaba estoico en el palco el larguísimo minuto de pañuelos que el público dedicó a jugadores, técnico y presidente. La remontada del Mallorca, la conocida sensación de que el equipo volvió a dejarse llevar para perder puntos ante un rival menor al que tenía dominado, no conseguía quebrar a Llorente externamente. La procesión iba por dentro, porque si hay una persona a la que escuece la música de viento y los pañuelos es Llorente.
Y tres partidos -Sevilla, PSV Eindhoven y Mallorca- son demasiados partidos. El enfado de Mestalla ha ido 'in crescendo' desde la derrota liguera ante el conjunto andaluz. Esa noche, el público despidió con pitos al equipo, a Unai y poco más. Dolió especialmente el desenlace europeo ante el PSV y la forma en que el Valencia bajó los brazos para permitir al conjunto holandés meterse de lleno en la eliminatoria. Dos goles en la segunda mitad -uno de ellos en el tiempo añadido- fue suficiente motivo para que los aficionados blanquinegros -escarmentados de antemano por derrotas como la sufrida ante la Real Sociedad- se rebelaran por el mal juego de su equipo y la alarmante falta de concentración en los instantes finales de los encuentros.
Nada hacía presagiar que ayer pudiera volverse a repetir la escena. El Valencia salió entonado y quien acusó el horario fue el Mallorca, de siesta en el primer acto. El notable arranque del conjunto blanquinegro provocó muchos aplausos, especialmente para un eléctrico Barragán en ataque y a Parejo, cuyo esfuerzo extra defensivo y buen nivel ofensivo fueron recompensados por la grada. Los goles de Aduriz y Tino Costa facilitaron la digestión del público valencianista, que respondió al partido (35.000 espectadores) a pesar del inusual horario, al que Unai Emery acuñó como «muy europeo».
Mestalla ya dictó sentencia sobre el técnico vasco y no le pasa ni una. Sirva como ejemplo los primeros pitos de la grada al equipo, aún con el 2-0 en el marcador. Un par de imprecisiones provocaron el run run de los aficionados y la sensación de que el partido, a pesar de la ventaja, no estaba cerrado. Esos pitos reabren el debate sobre la histórica exigencia de Mestalla, que también silbó a Rafa Benítez o Quique Sánchez Flores. La protesta perdió la timidez con el primer tanto del Mallorca, fruto de un error de Barragán en la marca. Otro borrón del gallego después del cometido ante el PSV, que hasta el error estaba completando un gran partido.
La desconexión del Valencia sonaba a 'deja-vú' y se escuchó por la grada a algunos aficionados pidiendo la marcha del entrenador. El '¡Unai, vete ya!' dio paso al '¡Valencia, échale huevos!', justo cuando el Mallorca ganaba terreno y protagonismo sobre el césped. A partir de ahí, los frecuentes errores en el pase de Adil Rami y el desconcierto general de la segunda línea del Valencia fueron denunciados por la grada. Aún estaba por llegar la gran bronca, la que desencadenó el segundo tanto balear de Víctor Casadesús. Falló Mathieu y no perdonó el delantero del Mallorca.
De un plumazo, el Valencia había desperdiciado la ventaja y la oportunidad de mantener a raya a sus más inmediatos perseguidores. El público apretaba a los futbolistas, pero esperaban la mínima aparición de Emery en el partido para reprocharle la actitud de su equipo. Esa que tan lejos anda de la mentalidad ganadora. Así, en un balón que cayó del cielo sobre el banquillo local y que Unai recogió para ganar tiempo, la afición aprovechó para silbar a Emery. Un acto casi reflejo que repitió en el cambio de Topal por Jonas. Era una sustitución hombre por hombre, provocada por la expulsión de Tino Costa, pero Mestalla ya había elegido a su principal -no el único- culpable de las últimas 'pájaras'.
El público no esperó a la posible reacción de un Valencia con inferioridad numérica y poco empuje. Entre el minuto 80 y el 85, desfilaron muchos aficionados que no esperaron al final del partido. Y se perdieron la gran bronca final.
Reunión Emery-Llorente
El sábado, en el último entrenamiento del Valencia antes del encuentro, Manuel Llorente se acercó a Mestalla para charlar con técnico y futbolistas y pedirles una reacción, un cambio de imagen respecto a los últimos encuentros. El presidente del club blanquinegro se marchó del estadio sin realizar declaraciones, pero se advertía la preocupación en su rostro por los últimos resultados del equipo.
La arenga de Llorente a las tropas no tuvo el efecto deseado ante el Mallorca. Y el presidente no dudó en bajar a la zona de vestuarios para pedir explicaciones a Emery por los despistes que desembocaron en el empate final. En esa reunión post-partido también estuvieron presentes Damià Vidagany, director de comunicación y marketing del Valencia; y el consejero Fernando Giner. Una reunión que se prolongó durante una hora y en la que todos los presentes expusieron sus impresiones sobre el partido.
«Con ellos hemos indagado las causas de lo ocurrido y hemos cambiado impresiones al respecto», dijo Unai Emery en la sala de prensa. Precisamente, el cónclave retrasó la comparecencia del entrenador del Valencia ante los medios más de una hora. Los protagonistas de la reunión aseguran que la misma se desarrolló en un clima cordial, que no hubo ningún tipo de ultimátum a Emery, el más afectado de los allí presentes.
El vasco dio las explicaciones técnicas pertinentes sobre el empate del Mallorca y el presidente pidió una rápida respuesta del Valencia. Empezando por el partido europeo ante el PSV Eindhoven. Después del tropiezo de ayer, el Málaga se ha puesto a cuatro puntos del Valencia en Liga y la tercera plaza peligra seriamente si el conjunto blanquinegro continúa dando una de cal y otra de arena. Llorente entiende que la Europa League debe ser un salvavidas a la temporada del Valencia.
A pesar de que ha ratificado a Emery públicamente, el presidente suma ya demasiados enfados consecutivos por las últimas actuaciones del equipo. Y si el Valencia quedara eliminado ante el PSV Eindhoven, con el único objetivo de mantener la tercera plaza en Liga, el ambiente en la entidad blanquinegra sería irrespirable hasta final de temporada.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-03-12/truenos-contra-capitan-20120312.html
TONI CALERO VALENCIA..- Manuel Llorente charlaba contrariado con el resto de consejeros del Valencia mientras Mestalla expresaba su ira por tercer encuentro consecutivo. Con gesto serio, soportaba estoico en el palco el larguísimo minuto de pañuelos que el público dedicó a jugadores, técnico y presidente. La remontada del Mallorca, la conocida sensación de que el equipo volvió a dejarse llevar para perder puntos ante un rival menor al que tenía dominado, no conseguía quebrar a Llorente externamente. La procesión iba por dentro, porque si hay una persona a la que escuece la música de viento y los pañuelos es Llorente.
Y tres partidos -Sevilla, PSV Eindhoven y Mallorca- son demasiados partidos. El enfado de Mestalla ha ido 'in crescendo' desde la derrota liguera ante el conjunto andaluz. Esa noche, el público despidió con pitos al equipo, a Unai y poco más. Dolió especialmente el desenlace europeo ante el PSV y la forma en que el Valencia bajó los brazos para permitir al conjunto holandés meterse de lleno en la eliminatoria. Dos goles en la segunda mitad -uno de ellos en el tiempo añadido- fue suficiente motivo para que los aficionados blanquinegros -escarmentados de antemano por derrotas como la sufrida ante la Real Sociedad- se rebelaran por el mal juego de su equipo y la alarmante falta de concentración en los instantes finales de los encuentros.
Nada hacía presagiar que ayer pudiera volverse a repetir la escena. El Valencia salió entonado y quien acusó el horario fue el Mallorca, de siesta en el primer acto. El notable arranque del conjunto blanquinegro provocó muchos aplausos, especialmente para un eléctrico Barragán en ataque y a Parejo, cuyo esfuerzo extra defensivo y buen nivel ofensivo fueron recompensados por la grada. Los goles de Aduriz y Tino Costa facilitaron la digestión del público valencianista, que respondió al partido (35.000 espectadores) a pesar del inusual horario, al que Unai Emery acuñó como «muy europeo».
Mestalla ya dictó sentencia sobre el técnico vasco y no le pasa ni una. Sirva como ejemplo los primeros pitos de la grada al equipo, aún con el 2-0 en el marcador. Un par de imprecisiones provocaron el run run de los aficionados y la sensación de que el partido, a pesar de la ventaja, no estaba cerrado. Esos pitos reabren el debate sobre la histórica exigencia de Mestalla, que también silbó a Rafa Benítez o Quique Sánchez Flores. La protesta perdió la timidez con el primer tanto del Mallorca, fruto de un error de Barragán en la marca. Otro borrón del gallego después del cometido ante el PSV, que hasta el error estaba completando un gran partido.
La desconexión del Valencia sonaba a 'deja-vú' y se escuchó por la grada a algunos aficionados pidiendo la marcha del entrenador. El '¡Unai, vete ya!' dio paso al '¡Valencia, échale huevos!', justo cuando el Mallorca ganaba terreno y protagonismo sobre el césped. A partir de ahí, los frecuentes errores en el pase de Adil Rami y el desconcierto general de la segunda línea del Valencia fueron denunciados por la grada. Aún estaba por llegar la gran bronca, la que desencadenó el segundo tanto balear de Víctor Casadesús. Falló Mathieu y no perdonó el delantero del Mallorca.
De un plumazo, el Valencia había desperdiciado la ventaja y la oportunidad de mantener a raya a sus más inmediatos perseguidores. El público apretaba a los futbolistas, pero esperaban la mínima aparición de Emery en el partido para reprocharle la actitud de su equipo. Esa que tan lejos anda de la mentalidad ganadora. Así, en un balón que cayó del cielo sobre el banquillo local y que Unai recogió para ganar tiempo, la afición aprovechó para silbar a Emery. Un acto casi reflejo que repitió en el cambio de Topal por Jonas. Era una sustitución hombre por hombre, provocada por la expulsión de Tino Costa, pero Mestalla ya había elegido a su principal -no el único- culpable de las últimas 'pájaras'.
El público no esperó a la posible reacción de un Valencia con inferioridad numérica y poco empuje. Entre el minuto 80 y el 85, desfilaron muchos aficionados que no esperaron al final del partido. Y se perdieron la gran bronca final.
Reunión Emery-Llorente
El sábado, en el último entrenamiento del Valencia antes del encuentro, Manuel Llorente se acercó a Mestalla para charlar con técnico y futbolistas y pedirles una reacción, un cambio de imagen respecto a los últimos encuentros. El presidente del club blanquinegro se marchó del estadio sin realizar declaraciones, pero se advertía la preocupación en su rostro por los últimos resultados del equipo.
La arenga de Llorente a las tropas no tuvo el efecto deseado ante el Mallorca. Y el presidente no dudó en bajar a la zona de vestuarios para pedir explicaciones a Emery por los despistes que desembocaron en el empate final. En esa reunión post-partido también estuvieron presentes Damià Vidagany, director de comunicación y marketing del Valencia; y el consejero Fernando Giner. Una reunión que se prolongó durante una hora y en la que todos los presentes expusieron sus impresiones sobre el partido.
«Con ellos hemos indagado las causas de lo ocurrido y hemos cambiado impresiones al respecto», dijo Unai Emery en la sala de prensa. Precisamente, el cónclave retrasó la comparecencia del entrenador del Valencia ante los medios más de una hora. Los protagonistas de la reunión aseguran que la misma se desarrolló en un clima cordial, que no hubo ningún tipo de ultimátum a Emery, el más afectado de los allí presentes.
El vasco dio las explicaciones técnicas pertinentes sobre el empate del Mallorca y el presidente pidió una rápida respuesta del Valencia. Empezando por el partido europeo ante el PSV Eindhoven. Después del tropiezo de ayer, el Málaga se ha puesto a cuatro puntos del Valencia en Liga y la tercera plaza peligra seriamente si el conjunto blanquinegro continúa dando una de cal y otra de arena. Llorente entiende que la Europa League debe ser un salvavidas a la temporada del Valencia.
A pesar de que ha ratificado a Emery públicamente, el presidente suma ya demasiados enfados consecutivos por las últimas actuaciones del equipo. Y si el Valencia quedara eliminado ante el PSV Eindhoven, con el único objetivo de mantener la tercera plaza en Liga, el ambiente en la entidad blanquinegra sería irrespirable hasta final de temporada.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-03-12/truenos-contra-capitan-20120312.html
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