XEXU ARRIBAS El sueño de la Copa llega a su fin. No habrá final, no habrá opción a pelearla. El Valencia CF no estuvo a la altura en un partido exigente en el que debía marcar y no lo hizo. Debía dar más y no fue suficiente para conseguir un pasaporte en la final copera. El equipo lo dio todo hasta que llegó el primer gol y a continuación todo fue inseguridad y errores. Aquellos que en este tipo de partidos te dejan fuera del premio. Sin la Copa, la ilusión habrá que buscarla en Europa.
Decía Guardiola en la previa que éste era uno de esos partidos para hombres, un partido de los de verdad, y el Valencia no llegó a ese nivel. Quiso pero no pudó. El equipo salió lanzado, como empujado por esos 1.000 valencianistas que hicieron un sobreesfuerzo por acompañar al equipo de sus amores en el Camp Nou, pero la ilusión duró un cuarto de hora. El mismo tiempo que necesitó Cesc Fábregas para adelantar al Barça. Antes pudo haberlo hecho Fegohuli pero el francés la envió al lateral de la red en la única ocasión durante los primeros 45 minutos.
Se dio pasó a otro partido a partir del gol al tiempo que el Barcelona, cual animal carroñero, potenciaba el miedo de los valencianistas. No estuvo fino Diego Alves en el gol, pero el brasileño fue el gran salvador y protagonista sacando hasta cuatro ocasiones claras.
Fue una noche en la que se esperaba un paso al frente de muchos que nunca llegó. Banega estuvo desaparecido sobre el césped —mojado, como le gusta a Pep– del Camp Nou y en esas, Albelda se multiplicó pero tuvo más faena de la que puede abarcar. La defensa también sufrió en exceso. Tampoco fue el día de Rami y Víctor Ruiz precisamente. El equipo evidenció un problema de concentración grave y entró en una crisis de confianza que a la fin supone una eliminación. Entre ellos, una expulsión infantil de Feghouli que dejó al equipo con diez a un cuarto de hora del final.
El VCF mordió más tras el descanso, al menos llegó a inquietar a Pinto, pero la estocada definitiva llegó justo cuando más llegada tuvieron los de Emery. De un resbalón de Aduriz que bien pudo suponer el empate se pasó a la sentencia. Xavi la enviaba a la escuadra y se acaba el cuento de hadas, ese que podía devolver al Valencia a una final cuatro años después pero que, al menos de momento no se dará. La ilusión se esfuma pero queda Europa.
http://www.superdeporte.es/valencia/2012/02/08/acaba-sueno-copa/152955.html
Decía Guardiola en la previa que éste era uno de esos partidos para hombres, un partido de los de verdad, y el Valencia no llegó a ese nivel. Quiso pero no pudó. El equipo salió lanzado, como empujado por esos 1.000 valencianistas que hicieron un sobreesfuerzo por acompañar al equipo de sus amores en el Camp Nou, pero la ilusión duró un cuarto de hora. El mismo tiempo que necesitó Cesc Fábregas para adelantar al Barça. Antes pudo haberlo hecho Fegohuli pero el francés la envió al lateral de la red en la única ocasión durante los primeros 45 minutos.
Se dio pasó a otro partido a partir del gol al tiempo que el Barcelona, cual animal carroñero, potenciaba el miedo de los valencianistas. No estuvo fino Diego Alves en el gol, pero el brasileño fue el gran salvador y protagonista sacando hasta cuatro ocasiones claras.
Fue una noche en la que se esperaba un paso al frente de muchos que nunca llegó. Banega estuvo desaparecido sobre el césped —mojado, como le gusta a Pep– del Camp Nou y en esas, Albelda se multiplicó pero tuvo más faena de la que puede abarcar. La defensa también sufrió en exceso. Tampoco fue el día de Rami y Víctor Ruiz precisamente. El equipo evidenció un problema de concentración grave y entró en una crisis de confianza que a la fin supone una eliminación. Entre ellos, una expulsión infantil de Feghouli que dejó al equipo con diez a un cuarto de hora del final.
El VCF mordió más tras el descanso, al menos llegó a inquietar a Pinto, pero la estocada definitiva llegó justo cuando más llegada tuvieron los de Emery. De un resbalón de Aduriz que bien pudo suponer el empate se pasó a la sentencia. Xavi la enviaba a la escuadra y se acaba el cuento de hadas, ese que podía devolver al Valencia a una final cuatro años después pero que, al menos de momento no se dará. La ilusión se esfuma pero queda Europa.
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