EMERY SE ENCIERRA UNA HORA CON LA PLANTILLA PARA ANALIZAR EL ENESIMO CASO MIGUEL

El vestuario del Valencia se blinda con el fin de evitar que el nuevo acto de indisciplina del lateral portugués altere el clima de armonía

JUAN CARLOS VILLENA VALENCIA..-Una de las obsesiones de Unai Emery desde que se hizo cargo del banquillo del Valencia en verano de 2008 es que bajen las aguas tranquilas en ese vestuario. En los primeros años su actitud de mano izquierda siempre tendida hizo que más de uno sacara los pies del tiesto (Hildebrand, Helguera, Banega, 'Chori' Domínguez...), pero quien se lleva la palma es Miguel Brito. Al técnico de Hondarribia no se le puede reprochar su paciencia con el lateral portugués aunque en los últimos dos veranos ya había asumido una marcha que nunca llegó. Por activa y por pasiva ha intentado amortiguar los golpes que año a año ha ido recibiendo la disciplina blanquinegra como consecuencia de los múltiples episodios, alguno de ellos surrealista, en los que se ha visto envuelto Miguel.

En una ocasión, harto, llegó a mandarle directamente a las oficinas del club tras llegar una vez más tarde a un entrenamiento para que la bronca se la diera Llorente. Y ahora que la temporada transcurría tranquila, y a una semana del decisivo partido de Londres, el luso vuelve a liarla. Emery se llevó un disgusto cuando le comunicaron el domingo por la mañana, ya en las instalaciones de Paterna, que Miguel había llamado para avisar de que llegaba tarde. De nuevo se había vuelto a dormir. Es cierto que él se lleva siempre la crítica de haber alargado una noche de fiesta. No es el único que sale, pero sí el que se duerme con facilidad, lo cual viene bien a más de uno para tapar sus deslices.

Por tal motivo se encerró ayer Emery durante casi una hora con la plantilla en el vestuario. Y lo que allí se habló allí tiene que quedar, pensará el técnico, aunque sabe que siempre existe el riesgo de que se conozcan detalles de esa terapia de grupo. El club va a sancionar a Miguel como estipula el código interno pero sin hacer mucho ruido en el exterior, y es más que posible que no veamos al portugués jugar ante el Espanyol. Braulio hizo acto de presencia a las dos de la tarde para hablar con Emery, aunque ya no se cruzó con Miguel.

Barragán entendió el mensaje: «En la charla se ha hablado de temas deportivos y de cosas nuestras. La solemos tener muchos días y no tiene nada que ver el tema particular de nadie. Yo de ese tema no tengo nada que hablar, no se nada de ese asunto y no tengo nada que decir sobre Miguel». De manual.
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