Lo de Isco pone en evidencia una diferencia de criterios entre los que mandan en el Valencia, algo que no iba a pasar...
Tiene solo 19 años y ahora mismo lo imaginamos disfrutando de sus vacaciones ajeno a todo en alguna playa del Caribe mexicano, para envidia de muchos, pero aquí ha abierto un intenso debate y una brecha que deja al descubierto muchas de las incongruencias de este Valencia CF. Hay por un lado una decisión digamos institucional en el sentido de que Isco Alarcón es a todos los efectos jugador de la primera plantilla, y hay una opinión del entrenador que cuanto menos lo pone en duda. Aquí lo fácil es recurrir al tópico del bueno y el malo, el club que en buena lógica defiende el fruto de su cantera y el entrenador —un ser egoísta por antonomasia— que vela más por sus propios intereses. Pero las cosas no siempre son así.
El club, Braulio Vázquez, Llorente y compañía, dirán que Isco es jugador del primer equipo, pero lo primero que podrían hacer para demostrar tanta confianza en la cantera y en particular en Isco Alarcón es dejar de fichar jugadores para su posición, o jugadores que de alguna manera le pueden cerrar el paso. Si no ha jugado Isco veinte partidos es evidentemente porque Emery no lo puso, pero también porque le trajeron a Chori Domínguez, que es patrimonio del club lo mismo que Isco. Y si no los juega la próxima temporada será porque Emery no lo pone, pero también porque venía Gameiro, porque ha venido Parejo, porque a la vez fichan futbolistas para un dibujo táctico en el que no encaja Isco o quizá también porque el Valencia CF ha decidido renovar a un entrenador que no tiene del todo claro lo de Isco, un entrenador que por su cabeza pasa dar minutos a otros porque la primera exigencia que le han marcado siempre es ganar. Así que, puestos a repartir, ya vemos que hay para todos, para el bueno, para el feo y para el malo.
Si las dudas llegan al jugador, que se encuentra a medio camino, en ese punto en que se espera de él que dé el salto definitivo, la hemos fastidiado. Así que la necesidad de mejorar la comunicación interna tiene que dejar de ser una simple declaración de buenas intenciones, es la clave para disipar las dudas y marcar un camino. Si todos tienen claro el camino, Isco incluído, lo de menos será si el jugador se queda entre los 25 o si se va cedido.
http://www.superdeporte.es/julian-montoro/2011/06/17/bueno-feo-malo/131248.html
Tiene solo 19 años y ahora mismo lo imaginamos disfrutando de sus vacaciones ajeno a todo en alguna playa del Caribe mexicano, para envidia de muchos, pero aquí ha abierto un intenso debate y una brecha que deja al descubierto muchas de las incongruencias de este Valencia CF. Hay por un lado una decisión digamos institucional en el sentido de que Isco Alarcón es a todos los efectos jugador de la primera plantilla, y hay una opinión del entrenador que cuanto menos lo pone en duda. Aquí lo fácil es recurrir al tópico del bueno y el malo, el club que en buena lógica defiende el fruto de su cantera y el entrenador —un ser egoísta por antonomasia— que vela más por sus propios intereses. Pero las cosas no siempre son así.
El club, Braulio Vázquez, Llorente y compañía, dirán que Isco es jugador del primer equipo, pero lo primero que podrían hacer para demostrar tanta confianza en la cantera y en particular en Isco Alarcón es dejar de fichar jugadores para su posición, o jugadores que de alguna manera le pueden cerrar el paso. Si no ha jugado Isco veinte partidos es evidentemente porque Emery no lo puso, pero también porque le trajeron a Chori Domínguez, que es patrimonio del club lo mismo que Isco. Y si no los juega la próxima temporada será porque Emery no lo pone, pero también porque venía Gameiro, porque ha venido Parejo, porque a la vez fichan futbolistas para un dibujo táctico en el que no encaja Isco o quizá también porque el Valencia CF ha decidido renovar a un entrenador que no tiene del todo claro lo de Isco, un entrenador que por su cabeza pasa dar minutos a otros porque la primera exigencia que le han marcado siempre es ganar. Así que, puestos a repartir, ya vemos que hay para todos, para el bueno, para el feo y para el malo.
Si las dudas llegan al jugador, que se encuentra a medio camino, en ese punto en que se espera de él que dé el salto definitivo, la hemos fastidiado. Así que la necesidad de mejorar la comunicación interna tiene que dejar de ser una simple declaración de buenas intenciones, es la clave para disipar las dudas y marcar un camino. Si todos tienen claro el camino, Isco incluído, lo de menos será si el jugador se queda entre los 25 o si se va cedido.
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