Unai se lleva a todos los jugadores, a los que pueden jugar y a los que no, con la intención de que todos sumen en un partido tan importante como el de Schalke 04. La única excepción son los castigados Miguel y el Chori, tal y como era previsible.
La historia dice que al Valencia se le atraganta enfrentarse a equipos Alemanes pero la nota positiva es que la última victoria que consiguió el Valencia en los últimos 40 años en Alemania fue reciente, concrétamente en la temporada 2007-2008 con un solitario gol de Villa en el Veltins Arena de Gelsenkirchen.
Unai, por escrito, en su declaración de intenciones ha matizado en mayúsculas palabras clave como energía, victoriosos, emociones, confianza, autocontrol, exigencia... conceptos importantes y necesarios para conseguir el logro que en estos momentos tiene el equipo entremanos, los cuartos de final de la Champions.
El Valencia es, a priori y sobre el papel, bastante superior al equipo alemán si nos basamos en lo que está haciendo cada uno de los dos equipos en sus ligas domésticas pero eso tiene que quedar demostrado sobre el terreno de juego. La Champions es una competición especial, donde aparte de la calidad técnica que pueda disponer cada equipo influye la inteligencia con la que se le saque provecho al resultado, saber leer el partido en cada momento es vital. Otro de los aspectos fundamentales es mantener solidez defensiva, como ya escribí en una entrada anterior, sin defensa no hay Champions. Y justamente este es uno de los aspectos donde más dudas genera el equipo, pero como ya quedó demostrado en encuentros anteriores, con una buena presión y una buena solidaridad defensiva en todas sus líneas se puede suplir dicha carencia.
El resultado, como ya comenté, es traicionero, obliga al Valencia a marcar y por otro lado a no encajar ningún gol. Esta circunstancia obliga a mantener un equilibrio, más que nunca, entre la línea defensiva y ofensiva. Disponer de la posesión del balón, el mejor Banega es fundamental para esto, y esperar la oportunidad idónea para atacar. El volcarse al ataque sería asumir riesgos innecesarios en los primeros minutos del encuentro ya que una de las mejores líneas del equipo alemán es la delantera, lo que propiciaría contraataques letales para el Valencia. Esto no quiere decir que si el Schalke se abre de inicio para buscar la portería contraria, cosa que dudo, el Valencia no lo aproveche.
Difícil hablar de sistemas y jugadores en partidos a vida o muerte como el que le toca disputar al Valencia, como se suele decir, el entrenador propone y los jugadores disponen. Aún así esperemos que Unai no arriesgue con probaturas tipo el sistema del rombo renunciando a las bandas y se ajuste al sistema que más rendimiento le ha dado, 4-4-2.
Esta sería una de las alineaciones probables: Siendo que el Valencia está obligado a marcar, el referente de ataque tiene que ser de dos delanteros, los candidatos pueden ser Soldado, por el estado de gracia que está en la Champons con 6 goles, igualado con Messi y a un gol de los máximos goleadores, Anelka, Eto´o y Mario Gómez, que están a 7 goles. El otro candidato para el referente de ataque sería Aduriz por la versatilidad que ofrece ya que te proporciona trabajo, hace funciones de enganche y marca goles.
En las bandas Mata y Joaquin y en el centro del campo el que tiene la posición más segura es el stopper Topal, por el gran momento de forma en el que se encuentra, acompañado de Tino Costa o Banega. En defensa Bruno, Navarro, Ricardo Costa y Mathieu.
El Valencia, a parte de la continuidad en la Champons, se juega recobrar parte del prestigio perdido que consiguió al llegar a dos finales consecutivas de la Champions.
También está en juego el aspecto económico, 3,3 millones de euros por eliminar al Schalke, con la correspondiente prima a los jugadores.
Todo preparado para empezar a hacer historia...
Autor: Toni Griñón
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