En la distancia corta hasta parece demasiado buena persona para dedicarse a este mundo del fútbol. En su despacho tiene una foto de su hijo vestido con la equipaje del Valencia, un cartel que habla de confianza en uno mismo —«es para los momentos en que tengo dudas, me lo dio un compañero de la secretaría técnica»— y un sospechoso mapa político de Sudamérica... Hay también un calendario con todos los partidos del Valencia de esta temporada, pero no están los resultados puestos a bolígrafo, «porque me los sé de memoria todos... sobre todo los partidos que hemos ganado». Casi tiene fijación en que la gente valore que la temporada es «francamente buena» si el equipo termina tercero. Eso sí, «nos ha faltado la guinda...».
Sinceramente, no tenía muy claro qué preguntarle.
—¿Por qué?
—Porque usted ni hace las alineaciones ni juega los partidos.
—Pero me siento igual de responsable que el resto de jugadores y que el cuerpo técnico cuando vienen los malos tragos.
—¿Pero estamos de malos tragos ahora?
—Bueno, llevamos cinco días de malos tragos. Si hablamos antes del partido de Alemania creo que todos teníamos un estado de euforia desmedido, y no podemos pasar de un estado de euforia desmedido a un cataclismo total, ni mandar un mensaje apocalíptico porque estamos terceros y después de la temporada que estamos haciendo sería un error grave.
—¿Cuánto lleva en Valencia?
—Dos años y medio.
—¿Y todavía no se ha dado cuenta de que el valenciano y el valencianista es así? Al valenciano le gusta quemar la falla cuanto antes; eufórico a las buenas y exagerado a las malas...
—De eso me doy cuenta claro, pero para lo bueno también es una afición muy fiel y que le exige mucho al equipo y esa exigencia, primero ya la tenemos en el club, y después tener una afición tan fiel te ayuda a llevar mejor esa exigencia cada día.
—Recuerdo que se aplaudió a los aficionados del Rangers porque después de perder 3-0 en Mestalla estuvo diez minutos animando al equipo y el partido ya había terminado, a lo mejor conviene que la afición le ponga las pilas al equipo cuando lo hace mal... como en Zaragoza.
—Eso habla del nivel de exigencia del Valencia, no nos podemos engañar. La imagen en Zaragoza fue muy mala y tenemos que apechugar con las consecuencias, pero lo que no podemos hacer es extrapolar toda una temporada a solo un partido, porque del partido de Alemania todos estábamos convencidos que teníamos que haber pasado, dimos y la cara estuvimos a punto de meternos en cuartos, si a eso añadimos que somos terceros... Ojo, no vale todo por ser terceros pero igual que se alaba la gestión de otros clubes que están por debajo de nosotros, se debe alabar al Valencia. Da la impresión de que desde fuera se alaba más la gestión del Valencia que desde el propio entorno. Te repito que yo hablo con gente de fútbol y todo el mundo alaba la temporada que está haciendo el Valencia, con lo cual, vamos a quedarnos en un termino medio, no que todo el mundo alabe esta gestión pero tampoco ser tan críticos ni perder la realidad.
—Ya sé cuál es la temporada que está haciendo el Valencia, pero no tengo claro a qué gestión se está refiriendo...
—Pues hemos vendido a jugadores de máxima calidad mundial y ahora mismo el equipo está al mismo nivel que la temporada pasada con lo difícil que era todo esto hace 28 partidos. A principio de temporada todos hubiésemos firmado estar como estamos. Al quedar eliminados de la Champions, no nos olvidemos que a ser terceros es muy importante, aunque no sea un título, no lo consideramos importante, pero para que el club crezca en lo económico y en lo deportivo, necesitamos cada año estar en Liga de Campeones.
—Teniendo en cuenta que el fútbol es un negocio de la afición, no se le puede pedir al equipo que gane la Liga ni la Champions. Ni siquiera la Copa, porque Barça y Madrid se han empeñado en ella, pero sí se le puede exigir que dé alegrías a la afición, más allá de ser tercero, porque ya tiene asumido que va a ser tercero.
—Eso es mucho asumir...
—Vale, pero la afición quiere una alegría.
—Totalmente de acuerdo, y eso es lo único que nos ha faltado. Lo que pasa es que estamos justificando el éxito más alto por una eliminatoria, es decir, si hubiésemos pasado a cuartos de final de la Champions con la ilusión que ello generaría, y soy consciente de ello, la temporada diríamos que es excepcional, y por no pasar la eliminatoria pasamos de excepcional a muy mala... Eso no tiene sentido, la realidad es que sigue siendo una temporada muy buena pero que nos ha faltado la guinda. Pero ojo, estamos dando por hecho que vamos a ser terceros, con lo complicado que va a ser, porque por detrás está el Villarreal que tiene una gran plantilla. Si conseguimos ese objetivo es para estar muy, muy, muy satisfechos y eso nos permite asentarnos para en el futuro pelear por objetivos más altos y para estabilizar el club en lo económico y lo deportivo.
—Ya, pero traslade eso a la temporada que viene.
—Pues seguramente tendremos mejor plantilla e intentaremos tener los mismo objetivos salir a intentar ganar, no salimos a ser terceros, pero no nos podemos engañar, probablemente Barcelona y Real Madrid tengan la mejor plantilla de su historia y eso es una evidencia y podemos decir lo que queramos...
—Diga lo que diga Pesic, el entrenador del Power...
—Con todos mis respetos, Pesic puede saber mucho de baloncesto, pero yo no me permito el lujo de hablar de baloncesto porque no tengo ni idea. Pesic me parece un gran entrenador pero no me permito hablar ni de otro club y menos de otro deporte.
—Entonces el Valencia ha fallado en las competiciones más ilusionantes...
—Sí, eso es cierto.
—Pero en la competición que le garantiza la vida está sacando muy buena nota, en la Liga.
—Sí, pero no podemos ceñirnos solo al tema económico, yo también he sido aficionado y el aficionado vive de ilusiones, y es lo que nos ha faltado, poder generar al menos un mes más de ilusión, eso sería la guinda a una temporada magnífica, ser terceros y en cuartos de Champions... Pero si conseguimos ser terceros la temporada es muy buena, sinceramente, nos ha faltado la guinda.
—Le escucho hablar y a poco que el equipo sea tercero sin pasar apuros me veo la temporada que viene haciéndole entrevistas a Unai Emery...
—(Sonríe) Ya veremos... Yo lo que creo es que no tenemos que mirar más allá que el próximo partido y de eso también es consciente el entrenador. Nos quedan diez partidos para lograr un objetivo que a principios de temporada veíamos como muy complicado, no podemos simplificar ser terceros y lo que significa, como si fuera algo normal o cotidiano porque hace unos años este equipo luchó por no descender. Lo que quiero decir es se va planificando y se van logrando cada vez mejores objetivos deportivos.
—Como persona cuyo trabajo es planificar un equipo de fútbol, ¿cómo ve eso de renovar a un entrenador a final de temporada?
—Aquí nos examinamos todos día a día, no solo el entrenador.
—Ya pero Llorente dice eso cuando le preguntan por la renovación de Emery, ¿le encaja como director deportivo?
—A ver, sí me encaja porque no solo el entrenador, la exigencia del club es máxima y necesitamos cumplir objetivos para crecer como club.
—Lo decía por aquello de que renovar a un entrenador o darle más de un año supone una plasmación de la confianza que se tiene en él...
—Esta es su tercera temporada en el Valencia, mira a ver cuántos entrenadores llevan más de tres temporadas en un equipo... con lo cual, la confianza se demuestra caminando y no hablando.
—He leído que lo más importante es el proyecto, más allá de quién sea el entrenador.
—Eso es cierto, pero la realidad es que lo más importante hace un año era darle aire a este club y se lo hemos dado. Ahora el club está mucho más saneado y vamos poco a poco progresando, además de eso mantenemos objetivos deportivos y cada temporada los superamos.
—Ese es el proyecto...
—Estar en Champions y pelear por títulos, pero no nos podemos engañar, la realidad es que pasarán muchos años y décadas para que se vuelva a ver un equipo como el Barcelona que para mi es el mejor de la historia que yo recuerde. Y luego está el Madrid, que para luchar contra eso lo que hace es gastarse mucho dinero cada año. Podemos vender lo que queramos, pero la realidad es esa, otra cosa es que nos tengamos que exigir que tenemos que salir siempre al 120% y no podemos volver a repetir imágenes como la de Zaragoza.
—La gran diferencia entre Schalke y Zaragoza es que el Valencia en Alemania comete errores, o digamos que las tira fuera, pero en Zaragoza ni apareció... Usted dijo que en ese partido el Valencia perdió todas las batallas individuales.
—Es cierto, y la imagen que dimos fue muy mala. Eso es lo que más me duele, porque fuera de casa de los últimos seis partidos habíamos ganado cinco y empatado uno, en Santander. Eso es dificilísimo, y no es por el hecho de perder porque hay un partido al año que en el que todo te puede salir mal...
—Pero ese no fue el partido de Zaragoza...
—No, no fue ese, es cierto. Mira el fútbol vive mucho de estados de ánimo colectivos y este equipo vive mucho de eso, pero es el mismo equipo que estuvo once partidos sin perder y que le plantó cara al Barcelona.
—Pues si el Valencia vive mucho del estado de ánimo, y el estado de ánimo es el que es, convenza a la gente que ante el Sevilla no se va a repetir la historia...
—Aquel partido estaba demasiado reciente.Yo he estudiado algo de psicología y de lo poco que me acuerdo es que la aceptación de una causa lleva tiempo, y que llegas a la aceptación después de pasar por la frustración. Yo creo que cuando fuimos a Zaragoza estábamos todavía en estado de frustración.
—Usted dijo que cuando entró en el vestuario del estadio del Schalke y vio a los jugadores ya sabía que el equipo no ganaba en Zaragoza, ¿eso no es muy duro de asumir?
—Mira, es muy fácil decir que los jugadores tienen que estar preparados para eso y mostrar su carácter. Eso es muy fácil decirlo, pero cuando eres jugador y acabas de perder una oportunidad histórica en tu carrera... no es tan sencillo.
—Cuando el Valencia perdió la segunda final de la Champions le quedaban tres partidos de liga y necesitaba dos puntos para jugar la Champions la temporada siguiente. ¿Sabe cuántos hizo?
—Pues no.
—Uno. Empató en Santander, perdió en casa contra el Deportivo y después en Barcelona con la famosa chilena de Rivaldo...
—Pues esa historia me da la razón ¿no?
—Recuerdo una temporada con Valdano de entrenador y un equipo hecho para ganarlo todo en que se luchaba por eludir los puestos de abajo y Djukic dijo en rueda de prensa que de ahí no se sale con calidad. ¿Cómo sale el Valencia de donde está?
—Hombre, el Valencia va tercero ahora...
—Las situaciones de los equipos no son comparables, pero bueno, el Valencia de ahora está en un bache y tiene que salir... Apelo al carácter de los jugadores.
—No es tan sencillo, al final ellos son personas y para muchos era la primera oportunidad de estar en unos cuartos de final de Champions. ¿Cómo se sale? Pues apelando a la importancia del objetivo que tenemos por delante, que aunque no sea un título, para la estabilidad del club en lo económico y en lo deportivo es muy importante. Ser terceros es muy difícil, que nadie lo infravalore porque llegarán épocas en que no seremos terceros y entonces nos daremos cuenta. Por ejemplo hace unos años, o miremos para abajo, hay equipos con plantillas muy importantes y con fichas de jugadores que el Valencia no puede pagar y que están muy lejos del Valencia.
—El Valencia no puede pagar la ficha que cobraba en el Sevilla Luis Fabiano, por ejemplo...
—Por ejemplo. Con lo cual algo haremos bien.
—Justifíqueme estar en esa fase de frustración con perder todas las batallas futbolísticas que se dan en un partido. Puedes perder el partido, pero todos los duelos individuales...
—Mira a ver cuantos puntos se sacan con los equipos que están peleando por el descenso... Es más sencillo jugar en los últimos diez partidos contra equipos que se juegan la UEFA que contra equipos que luchan por evitar descender. Ellos encararon el partido con toda la semana pensando que les venía una final y a nosotros el partido nos llegó demasiado pronto. El palo había sido demasiado gordo, y no es por echarles un cable a los futbolistas porque ellos tienen responsabilidad y son conscientes de que no pueden dar esa imagen, podemos perder y veía que era difícil que pudiéramos ganar, pero se puede perder de muchas formas. Ese día llegábamos tarde a todos los balones y no dábamos un pase a cinco metros... ¿qué hacemos? ¿nos dejamos llevar por ese partido? Si analizamos solamente ese partido pensaremos que lo hemos hecho todo mal.
—Vamos, que las decisiones no se toman en caliente.
—Claro que no. Ni se analizan los partidos al poco de que se terminen porque el estado de ánimo que tiene el entrenador, el presidente o yo, hace que sea muy complicado analizar el partido.
—La situación no es complicada porque el equipo es tercero, pero podemos decir que el equipo está en un bache. ¿esta no es una situación para los jugadores?
—Evidentemente los que juegan al final son los futbolistas y hay futbolistas que tienen que sacar el carácter porque lo tienen, pero no nos olvidemos que este equipo está en formación, es muy fácil decir que a los futbolistas les falta carácter pero el peso que te da estar en el club varias temporadas todavía no lo tienen. Sí hay futbolistas que tienen ese carácter y que lo contagian. Y espero que es lo que suceda. El problema es que el otro día, la gente con carácter tampoco lo transmitió.
—Suena a tópico, pero ahora el próximo partido sí es el más importante de la temporada...
—Por supuesto, nos quedan diez finales. Ser terceros puede ser el punto de inflexión para que el equipo el año que viene sea mejor y puedan venir mejores futbolistas, y es importante para la estabilidad económica del club.
—¿Qué le parece esa teoría de que el Valencia es el tuerto en el país de los ciegos y que la liga española es muy floja y por eso es tercero?
—Pues no estoy de acuerdo. El Villarreal está a punto de meterse en cuartos de la Europa League, el Atlético de Madrid el año pasado fue campeón de la Europa League, el Valencia ha merecido estar en cuartos de final de la Champions... Cuando salimos a Europa se demuestra que la liga española es de las más fuertes de Europa y los que están por encima del resto son Barcelona y Real Madrid. Por ejemplo, el otro día el Arsenal fue al Camp Nou a encerrarse y el Valencia allí dio más batalla y fue más valiente con todas las variantes ofensivas que tiene el Arsenal y con toda la calidad que tiene. Sinceramente, el Valencia dio mejor sensación que el Valencia. El Arsenal tuvo que renunciar a su forma de jugar y eso te hacer ver el nivel en el que está el Barcelona.
—Insisto, cualquiera que lea esta entrevista pensará que Braulio es favorable a la renovación de Emery...
—Lo que te puedo decir es que estamos muy contentos con el rendimiento que está sacando al equipo. Repito, nos falta la guinda, no nos vamos a engañar. Seríamos hipócritas si dijeramos que con todos los mensajes apocalípticos que se dijeron a principio de temporada no hubiésemos firmado hacer esta temporada, lo que pasa es que hemos vivido una situación tan favorable que siempre queremos más, pero querer más no implica que perdamos la perspectiva.
—Imagínese que estamos e junio y que el equipo ha sido tercero, ¿qué nota le pone a la temporada?
—Un notable alto sin duda. Quien no lo vea así no es consciente de la realidad, y lo digo sinceramente. Vuelvo a repetir, en septiembre todo el mundo era pesimista. Recuerdo cuando hice la primera rueda de prensa de al temporada dije que lucharíamos por los mismos objetivos que la temporada pasada con Silva y con Villa...
—Pero lo dijo porque lo pensaba o porque el jefe de prensa del club le dijo que lo dijera...
—No, no. Lo creía y te lo puedo garantizar. Lo creía a pies juntillas porque teníamos argumentos para pensar en ello.
—Diga la verdad, ¿cuantos entrenadores le han ofrecido ya...?
—Los representantes ofrecen muchos jugadores y entrenadores, pero vienen los jugadores que queremos que vengan, no los que nos ofrecen.
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