Son sensaciones contradictorias las que está teniendo Marchena en Sudáfrica, basta tener una conversación con él para percibir ese contraste. La ilusión que supone estar viviendo en primera persona su segundo campeonato del mundo contrasta con el futuro que le espera a la conclusión del torneo, con un año de contrato que no sabe si va a cumplir en el Valencia, una vez el club le ha abierto las puertas de salida si así lo desea.
El presidente Manuel Llorente y el capitán hablan periódicamente, siguiendo así un proceso lógico en la idiosincrasia de un club de fútbol; cuando se toman decisiones importantes se informa a la cabeza visible del vestuario con todo tipo de detalles para que él lo traslade luego a sus compañeros. Así sucedió cuando el VCF decidió prescindir de Fernando Gómez, con la Roja preparándose en Austria. No es de recibo enterarse de los cambios en la estructura de un club a través de las informaciones que aparecen en la prensa, y eso Llorente lo tiene muy claro, de ahí las conversaciones periódicas que las dos partes han tenido. Pero no ha sido el único punto sobre la mesa que los dos han tratado, también hicieron un hueco para hablar sobre su futuro y a Marchena ya le han trasladado oficialmente que si le llega una oferta que le seduzca, el club no va a echarle el pestillo a la puerta, dándole así la opción de que su carrera tome otro rumbo.
Su nombre figura en un escalón secundario en el tema de las salidas. No le han comunicado que se busque otro equipo, como ocurre con varios jugadores de la primera plantilla, pero sí ya le han avisado que si recibe una propuesta beneficiosa para él, el VCF no será ningún obstáculo como agradecimiento a los años que lleva en la entidad. Sus compañeros de la selección le notan un poco desilusionado, sobre todo «porque a él le hubiera gustado renovar en su día y seguir más tiempo en el club con el que ha conseguido títulos». El jugador finaliza contrato el 30 de junio de 2011, puede seguir un año más vistiendo la elástica valencianista, pero su representante García Quilón está peinando el mercado de arriba a abajo a la búsqueda de un contrato mínimo de dos temporadas que seduzca al ´4´ de la Roja.
Marchena estampó su nombre en el once ideal de la Eurocopa de 2008, pero el VCF consideró que con tres temporadas de contrato por delante no había motivos para variarlo, como sí hizo con Villa y Silva. Carlos ha seguido su camino, diferenciando claramente su opinión personal por su no renovación con su rendimiento dentro del campo, sobre el que ha seguido partiéndose la cara por el bien del colectivo. En el mes de enero de 2010 ya recibió una propuesta del Wolfsburgo, pero la rechazó para ganarse un hueco en el Mundial de Sudáfrica, y nada más acabar el torneo volverá a repasar las propuestas que tiene, si ninguna le seduce cumplirá la temporada que le queda y se marchara gratis.
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