Dice el Valencia y nadie lo puede discutir, que hasta el momento Mediapro ha pagado religiosamente lo que pone el contrato que ambas entidades firmaron para la explotación de los derechos audiovisuales, y que por lo tanto confía en la palabra de la empresa de Jaume Roures cuando les transmite tranquilidad a pesar de que Mediaproducción —filial de Mediapro— anunciara el pasado miércoles que va a acogerse a la Ley Concursal —la antigua suspensión de pagos—.
Sin ir más lejos, el propioRoures se pronunció en estos términos tras la conferencia del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, en el Fórum Europa. «Nosotros hemos puesto un concurso a una de nuestras filiales como un ´movimiento defensivo´ frente a unas peticiones de Sogecable a la jueza del 36 y frente a una carta de Sogecable que, como es tradicional, intenta no pagar sus deudas. Pura y simplemente esto. No tiene que ver con la liquidez, tiene que ver con que el Juzgado 36 normalmente toma decisiones que los estamentos superiores revocan», dijo.
En esta tesitura,la cuestión es saber si hay un problema real de liquidez en Mediapro que puede afectar a los clubes de fútbol, o si detrás de estos movimientos se esconde de nuevo la guerra por el fútbol entre dos empresas, Mediapro y Sogecable.
Es cierto que el Valencia tiene motivos para estar tranquilo en lo que a Mediapro se refiere, pero SUPER ha tenido acceso al contrato que en su momento firmaron Vicente Soriano y Mediapro, y hay situaciones que pueden resultar peligrosas para el club que preside Manuel Llorente. El Valencia puede tener un problema si se rompe el contrato que hay ahora en vigor, porque se presentan varias posibilidades. Una puede ser la dificultad de que alguien le vaya a pagar al Valencia los aproximadamente 48 millones de media por temporada que la empresa de Roures le da a la entidad blanquinegra. Otra opción sería qué pasaría si lo que se rompe es solo uno de los dos contratos que tiene con el Valencia por los derechos televisivos.
Los derechos televisivos del Valencia se vendieron en dos contratos paralelos, uno por los derechos de Liga y Copa, y por un montante de 30 millones de euros. Y otro de12 millones de euros por los partidos amistosos. El problema que se le puede presentar al Valencia está en que Mediapro deje de pagar los doce millones anuales por los partidos amistosos, porque si se rompe el contrato de los partidos amistosos, el contrato por los derechos de Liga y Copa sigue en vigor, esto significaría que el Valencia pasaría a cobrar 30 millones en vez de unos 48 —cifra que se redondea con la publicidad estática—, el club podría renegociar con cualquier otro operador los partidos amistoso, pero obviamente no al precio que Mediapro está pagando. Si pasara al revés sería menos grave, porque se podría negociar por los derechos de Liga y Copa con otra operador.
Y todo, con la particularidad de que si la empresa de Jaume Roures deja de pagar para romper cada uno de los dos contratos solo tiene que pagar la temporada en que rompe el contrato. Así reza en el documento al que este periódico ha tenido acceso: «Mediapro quedará obligada a pagar al club las cantidades dejadas de percibir más la parte devengada que quede por pagar entre que empezó la temporada y se produce la resolución del contrato. Además, el club tendrá derecho a ser compensado por Mediapro en concepto de cláusula penal libremente pactada entre las partes con una cantidad que será igual a una temporada, siempre y cuando el club no pudiera explotar ni comercializar con un tercero las temporadas pendientes en condiciones similares al presente contrato». Otra cosa será que Mediapro no pueda pagar pero quiera seguir con el contrato en vigor, que es ni más ni menos que la Ley Concursal.
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