El chileno ya ha hablado con el club que su deseo es continuar, como desvela SUPER en su edición impresa este martes
C. BOSCH Y P. CALABUIG En poco más de dos semanas Eduardo Vargas se ha enamorado del Valencia CF y de su nueva ciudad. Si solo de él dependiera, su futuro y el del club de Mestalla estarían ligados durante las próximas temporadas, más allá de los cinco meses que restan de la cesión que se acordó con el Nápoles el pasado enero. El delantero chileno quiere quedarse, una circunstancia que saben ya compañeros de equipo y tanto responsables técnicos como dirigentes en el conjunto blanquinegro. Sin embargo, la operación no será sencilla, ni mucho menos lo será convencer al presidente napolitano, Aurelio De Laurentiis, quien ya obligó a Edu a prolongar su contrato hace un mes hasta el 30 de junio de 2017 como condición sine qua non para salir cedido.
Apenas han trascurrido dos partidos de la competición liguera desde que Vargas piso el aeropuerto de Manises procedente de Santiago de Chile en compañía de su novia, Daniela Collet. El delantero de 24 años es consciente de que frente a Barça y Betis, especialmente en su estreno en casa, las cosas le han salido a pedir de boca y que en el mundo del fútbol el panorama puede cambiar con facilidad. Aún así, pese a que sabe que pueden llegar partidos y situaciones más difíciles, el chileno se siente muy a gusto en el Valencia. La Liga española siempre fue el lugar en el que quiso estar y considera al blanquinegro el equipo ideal para resarcirse de su primera aventura europea, la vivida con el Nápoles de enero de 2012 al mismo mes de 2013.
Edu tiene todas las ganas del mundo de que hacer carrera en el Valencia. Dice del club que es uno de los grandes en el Viejo Continente y empieza a sentirse feliz al lado de los suyos, pero también con los compañeros de plantilla, la gente del club y especialmente con el cuerpo técnico. Existe una sintonía especial con el segundo técnico, su compatriota Manuel Suárez, y Pizzi confía ciegamente en él. Vargas se acopla como anillo al dedo al sistema del ´Lagarto´ y el sábado el entendimiento en ataque con Paco Alcácer dejó interesantes presagios de lo que esta pareja es capaz de hacer. En opinión de Pizzi, Vargas tiene las dotes para terminar siendo un delantero de talla mundial.
El Valencia conoce los deseos del jugador. Una importante carta a su favor. Ahora depende del mánager general deportivo, Rufete, y el presidente, Amadeo Salvo, marcar los tiempos futuros para tratar de cambiar el parecer del inflexible De Laurentiis. En el mercado de invierno la necesidad de reforzar el ataque y la escasez de cash obligaron a aceptar una cesión por la que se pagaron 500.000 euros, amén de la ficha, y en la que el Nápoles mantiene en gran medida el control sobre ´Turboman´.
Bandera de Chile en el Mundial
Los italianos pagaron 12 millones de euros para sacarlo de Universidad de Chile. Por la juventud del jugador y la valía que ha demostrado, tanto en su país como con Gremio, los dirigentes del Nápoles tienen altas expectativas de recuperar buena parte de lo que en su día invirtieron. De ahí la dificultad para el Valencia. Si alcanza rápidamente su verdadero nivel la cotización subirá. Además, los napolitanos no están por la labor de tomar una decisión hasta después de la Copa del Mundo en verano. En ella Vargas será junto a Alexis Sánchez el estandarte chileno. Al contrato de Edu con la escuadra azzurra le quedan más de tres años de vida, lo que juega en favor de De Laurentiis, que forzó al atacante a renovar antes de dar el okey a una nueva cesión.
Entonces, a mediados de enero, Vargas ya apostó por el Valencia. Lo más cómodo hubiera sido quedarse en Brasil „país de su pareja„, donde había vuelto a ser el de antes del paréntesis en Italia y tenía cerrado un acuerdo con el Santos. El chileno lo rompió por jugar de blanquinegro contra la voluntad del Nápoles, que cuenta con negocios pendientes con los paulistas tras la compra del meta Rafael. El Nápoles y su presidente aguardan al mejor postor por Vargas, preferentemente después del Mundial, con un precio de salida de entre 7 y 8 millones. Lo que sí consiguió el Valencia es la opción primera para ficharlo si iguala cualquier oferta que le llegue a De Laurentiis. Incluso, si tras el Mundial ninguna propuesta convence al italiano, el préstamo podría renovarse de forma automática una temporada más. La voluntad de Edu juega en pro de un Valencia que, aún sin inversor, ha dado ya una muestra de poderío fichando a Otamendi.
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