El técnico, esperanzado tras la primera victoria del Valencia en el Camp Nou en diez años: «Es una inyección anímica muy grande»
J. C. VILLENA | BARCELONA..-
Diez años de decepciones se desmoronaron cuando Pérez Montero decretó el final del partido. Era el tiempo que llevaba el Valencia sin ganar en el Camp Nou. El último precedente había que buscarlo en la gloriosa temporada 2003-04, cuando un gran gol de Oliveira dio el triunfo al equipo que, de la mano de Benítez (0-1), terminaría conquistando aquella Liga y la Copa de la UEFA. Mucho han cambiado desde entonces las cosas, tanto que el resultado de ayer era inimaginable al inicio del choque, cuando pocos reparaban en que Pizzi acudía al feudo azulgrana con un talismán: la venerada camiseta del doblete, igual ayer a la que lució el mejor Valencia de la historia.
El triunfo blanquinegro rompe además una estadística demoledora. Nada menos que 31 partidos llevaba el Barcelona sin perder en el Camp Nou, con un balance impresionante de 30 victorias y un empate. El 21 de abril de 2012 profanó el Real Madrid el santuario azulgrana (1-2) y ayer tomó el relevo el Valencia de Pizzi. Un técnico que admitía tras el partido el valor del resultado que aleja al equipo de la peligrosa zona baja de la clasificación y da soporte anímico tras una complicada semana. «Era una victoria importante y necesaria. Estamos en una situación que no es acorde con esta institución y necesitamos sumar, ya sea ante el líder como ante el último de la tabla», subrayó.
Siempre pragmático en su mensaje, el hispano-argentino evitó el exceso de euforia, si bien admitió que con estos tres puntos se mira al futuro de otro modo. «Es una inyección anímica muy grande», recalcó, para recordar acto seguido que ahora toca seguir la estela triunfal. «Hay que aprovechar la dosis de confianza que te da ganar en este campo».
Desde que llegó a Valencia, Pizzi inculca a sus jugadores la importancia de mejorar el balance defensivo e impedir que los rivales fabriquen fútbol. Esta indicación, con el Barça delante, se convierte en mandamiento ineludible. De ahí que ayer celebrara la intensidad mostrada por el equipo tras el descanso, sin duda la clave del partido. «En el primer tiempo nos faltó agresividad y en el segundo lo conseguimos. Tuvimos dominio y no sufríamos atrás, por eso cada contra tenía peligro», celebró.
El injusto penalti transformado por Messi pudo arruinar la gesta del Valencia, pese a lo cual Pizzi prefirió pasar de largo por la jugada. Afirmó que le pilló de espaldas, aunque acto seguido desveló que sus futbolistas le habían garantizado que la pelota, como demostraron las imágenes de televisión, golpeó en el hombro de Ricardo Costa. «En el vestuario hay gente que está convencida de que no es penalti. Es un error que no es queja porque el resultado final es favorable a nosotros, pero podría haber sido un fallo decisivo», puntualizó.
Pizzi no ganaba con el Valencia desde el partido de su debut, el derbi frente al Levante. Ayer se reencontró con el triunfo y admitió que la vida va muy rápido para él desde que cambió el banquillo de San Lorenzo de Almagro por el de Mestalla: «Hace un mes y medio estaba en otro equipo a instancias de disputar un partido definitorio. Ni siquiera he tenido tiempo de celebrarlo como me hubiera gustado. Hace un mes y medio era impensable poder disputar este partido ante el mejor equipo de la historia del fútbol».
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario