El central, cuyo fichaje incluye tres millones en variables, ha roto con su agente y en Portugal lo sitúan en la órbita de Mendes
JUAN CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..- Doce millones de euros más otros tres por diferentes variables. Eso es lo que va a pagar el Valencia al Oporto por Nicolás Otamendi, una cantidad importante y que adquiere especial relevancia si se tiene en cuenta que el club se encuentra en pleno proceso de venta, a la espera de un nuevo propietario que tendrá que asumir necesariamente este desembolso. Por si fuera poco, desde Portugal citan la intervención de Jorge Mendes como una de las claves para que la operación haya salido adelante. Otamendi ha cambiado de representante y en el país vecino lo sitúan en la órbita del omnipresente agente luso.
El central se convierte así en el defensa más caro de la historia del Valencia, ya que por Víctor Ruiz -rendimiento al margen- el conjunto de Mestalla tuvo que pagar al Nápoles casi nueve millones de euros.
El futbolista no se incorporará hasta el próximo mes de julio y el compromiso es por las próximas cinco temporadas. De momento será el Oporto quien, según la versión del Valencia, decida qué hacer con él en lo que queda de temporada. No hay más remedio que buscarle acomodo mediante una cesión, ya que no puede jugar ni con el Valencia ni tampoco con el club portugués. En Argentina lo sitúan en la órbita del Vélez. Además de que allí se formó, todavía mantienen un 10% de su propiedad.
Deportivamente, el fichaje supone un golpe de efecto importante para la labor de Rufete y su equipo de trabajo. El Valencia se asegura con su presencia un central de un gran prestigio y con una tremenda proyección. Otamendi llega con una edad perfecta (26 años) al próximo Mundial, siendo uno de los fijos en la selección argentina. Desde hacía varios meses el futuro de Otamendi estaba en el aire y se había vinculado a diferentes destinos.
Lógicamente, y a pesar de que el Valencia lleva careciendo desde hace varios años de un futbolista de este nivel, a nadie escapa que la cita de Brasil puede suponer la opción de hacer un gran negocio a medio plazo, si llegara por él una oferta interesante.
Es más, aunque el precio de mercado lo marcan siempre los posibles compradores, del zaguero se apunta que tiene un valor que dobla aproximadamente lo que el Valencia va a tener que abonar. Otamendi llegó al Oporto hace cuatro años por ocho millones y terminaba contrato en junio de 2015. Era pues la última oportunidad que tenía el club portugués para obtener con su venta una buena suma, ya que dentro de un año quedaba libre.
Anoche el Valencia y el Oporto dieron oficialidad al fichaje, confirmando la información que el domingo publicó LAS PROVINCIAS, y que apuntaba a la decisión de que el argentino jugara en Mestalla la próxima temporada. No obstante, la cuestión que se debatía ahora era la petición del Oporto de que el Valencia le pagara un millón de euros para cubrir lo que queda de campaña, al dar por bueno el acuerdo de cesión suscrito el último día de mercado. Rufete quiso traerlo en enero, pero el cupo de extranjeros (Vargas, Jonas y Araújo) estaba cubierto.
A Salvo no le quedó otro remedio que viajar a Oporto el martes para deshacer el nudo. Ante las versiones encontradas, todo quedó despejado cuando el Oporto comunicó ayer la operación a la Comisión del Mercado de Valores, labor que es norma obligada de los clubes lusos.
Allí, además de las cantidades anteriormente señaladas, el Oporto informaba de la «cesión, a título definitivo, de los derechos deportivos» de Otamendi al Valencia. La interpretación que se obtiene del documento oficial es que los derechos pertenecen desde este momento al Valencia, pero la ambigüedad al no especificar las fechas puede provocar alguna confusión. No obstante, el club de Mestalla insiste en señalar que el destino del jugador ahora lo debe decidir el Oporto. Se evitaría así repetir un caso como el de Pabón, que no pudo recalar hace unas semanas en el Betis porque en un mismo curso futbolístico habría pertenecido a tres clubes diferentes, algo que prohibe la FIFA.
En Vélez lo esperan
Otamendi tiene vía libre para elegir destino, y aunque se le relaciona con el Zenit, parece estar más cerca de Vélez. El vicepresidente, Julio Baldomar, habló sobre esta posibilidad: «No teníamos idea de esto. Igualmente, sería bárbaro que venga, pero es un jugador caro. Traerlo nos demandaría un gran costo, y mucho más en estos tiempos de austeridad. Para nosotros y para todos los clubes de Argentina».
El mercado en Argentina se cierra hoy: «Si fuese ofrecido estaríamos muy al límite. Traerlo sería muy complejo, ya que sólo quedan dos días», añadió el dirigente. Finalmente declaró que «la situación presupuestaria impide el préstamo» y que el 'Turu' Flores (entrenador) «no tenía pensado reforzar la defensa». Sin embargo, Baldomar abrió una ventana: «Otamendi un jugador que a todos nos gustaría tener. Ya veremos cuando salga la alternativa».
Es precisamente el precio que se ha pagado por el central lo que ha levantado importantes sorpresas. Hay que recordar que el Valencia tiene previsto, según refleja su plan de negocio para la próxima temporada, rebajar el coste salarial de su plantilla de 46,5 a 39,9 millones, lo que indica de alguna forma la estrechez económica a la que hay que ajustarse. Y más ahora que la Champions está casi imposible nadie sabe en qué manos acabará la propiedad.
El movimiento de la secretaría técnica colma de satisfacción las exigencias deportivas de cara al próximo proyecto, pero deja algunas pinceladas de dudas sobre la cuantía a la que va a tener que hacer frente el Valencia. A diferencia de Pabón, este fichaje no se ha hecho compartido con ningún fondo. El desembolso es jugoso pero también el club adquiere un activo importante y que en un futuro puede revalorizarse. Todo tiene dos caras. En Bankia, por cierto, se lo han tomado con bastante calma.
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