En seis meses han salido del club cuatro jugadores y hoy pueden marcharse otros tantos en el cierre del mercado
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
«Salvo despide a Braulio al no confiar en él para afrontar la regeneración de la plantilla». El titular, publicado por LAS PROVINCIAS el 5 de noviembre, ha confirmado toda su carga informativa esta semana. El deseo de Amadeo Salvo de abrir las ventanas en el vestuario, pero sobre todo la necesidad de hacer caja y librarse de fichas inasumibles en medio de la angustiosa situación económica del club, ya estaba presente en la primera crisis con Djukic; aquella que esquivó tras comunicar a la plantilla antes del partido frente al Sevilla en Mestalla que el serbio acabaría la temporada. Las fisuras del vestuario eran evidentes, tanto como la falta de liquidez económica, aderezada por un 'regalo' de Manuel Llorente, quien hace justo un año abonó a la plantilla los 6,7 millones correspondientes a las fichas de febrero de 2013 con unos pagarés que se apuntaron en la cuenta de gastos del club hace apenas un mes.
Los dos componentes, el deportivo y especialmente el económico, son los que han acelerado la particular operación salida liderada por Rufete. El técnico Juan Antonio Pizzi ha estado informado desde el primer momento de esa doble dualidad y ha cerrado filas con el club. El complicado día a día económico del Valencia no puede esperar a la llegada de un inversor, mientras se resuelve el eterno proceso de venta del club que ahora lidera la Fundación. La entidad tiene que hacer frente a sus obligaciones de pago y el próximo está a la vuelta de la esquina. Hay que hacer frente la primera semana de febrero a algo más de 14 millones de euros para abonar la mitad de las fichas de la plantilla, el concepto de 'prima de contrato' que aparece en los acuerdos firmados con los futbolistas. Y el deseo de Salvo, aunque se reconoce que en la última década ha sido habitual recurrir a la fórmula de los pagarés para desplazar una parte del gasto al siguiente ejercicio contable, es evitar esa figura. Porque lleva consigo, además, gastos financieros. Para que los futbolistas estuvieran al día en febrero de 2013, esos compromisos de pago descontados en diciembre tuvieron un suplemento de 293.000 euros.
Las operaciones de Sergio Canales y Éver Banega son dos buenos ejemplos de la dualidad. Una de las premisas con las que entró Rufete en el club es que todo jugador del Valencia, desde el primer equipo al último de la cantera, tiene que querer vestir esta camiseta y pensar que no existe otra. El deseo expresado por el cántabro de buscar una salida no tiene para la entidad marcha atrás, aunque se asume el riesgo deportivo de que el futbolista explote y aparezca un escenario que recuerde a lo sucedido con Isco.
La entidad de Mestalla se negó hace dos días a traspasar a Canales al Villarreal por 2,5 millones. Aunque, si nos ceñimos a la realidad, es muy complicado imaginar que un jugador sea vendido al club de Fernando Roig si no hay una oferta mareante. Es el peaje de lo ocurrido con Bruno Soriano. A última hora de ayer el Valencia llegó a un acuerdo con la Real Sociedad para el traspaso de Canales. El conjunto vasco pagará 3,5 millones más 500.000 euros en variables de fácil cumplimiento, con lo que el montante final de la operación llegaría a los cuatro millones. En el seno del Valencia se tiene el convencimiento de que durante la mañana de hoy se cerrarán los detalles que permitan hacer oficial el acuerdo. El futbolista cántabro se comprometerá con la Real hasta junio de 2017.
Pero el traspaso de Canales no sólo tiene una vertiente económica por el dinero que abonará por él el conjunto vasco. Al haber disputado más de treinta partidos entre las temporadas 2012-13 y lo que se lleva de la 2013-14, el Valencia tiene que pagar 500.000 euros extra al Real Madrid por su traspaso, lo cual eleva la cifra de la operación con el cántabro, al que fichó el club estando lesionado, a 9,35 millones de los cuales están pendientes de pago 4,5. En el ejercicio 2014 están presupuestados dos millones para afrontar dos de esos compromisos, uno efectivo el 15 de enero y otro que lo será el 15 de junio.
A estos números hay que sumar los 7,8 millones comprometidos con Canales por el Valencia hasta junio de 2017 en concepto de salario, sumando todos los aspectos que están estipulados en su contrato. A esa cifra, eso sí, la entidad presidida por Salvo tendrá que descontar 240.000 euros netos, cantidad a la que tendrá derecho el propio jugador en cuanto estampe su firma con la Real Sociedad, ya que una de las cláusulas de su contrato con el Valencia estipula que el conjunto de Mestalla tiene que pagarle esa cifra si lo traspasa o el Real Madrid ejerce su opción de compra.
El caso de Banega es diferente. El Valencia quiere apurar el cierre del mercado para que llegue una oferta que se aproxime a los 10 millones en los que Salvo tasó al futbolista ante su agente. Marcelo Simonian estuvo ayer en Milán, aunque el interés que trascendió, y en principio como cedido, fue el del Atlético. Simeone quiere a Banega tras desvanecerse la opción de incorporar a Taarabt, que recalará en el Milan. Pero el conjunto valencianista no desea ceder al jugador, sino desprenderse de las obligaciones de pago con él, que ascienden a un mínimo de 4,7 millones hasta junio de 2015. Si se tiene en cuenta las variables, el montante podría subir a cinco.
En el plan de negocio del Valencia se estipula que en 2014 la entidad tiene que rebajar de 46,5 a 39,9 el montante de las fichas de la plantilla. Y eso con un escenario calculado con el equipo clasificado para la Europa League, algo hoy por hoy más que complicado. Con las cesiones de Rami, Postiga (a la Lazio con una opción de 3,5 millones ), Pabón y Guardado (el club recibe un millón por la cesión hasta junio y se incluye una opción de compra de diez) ya en el zurrón, el traspaso de Canales, la posible salida de Banega y los menos probables préstamos de Barragán al Verona y de Vezo, el Valencia liberaría 20 millones de euros en compromisos de pago. Curioso lo del central portugués. Fichado por 1,6 kilos con el 'sello Mendes', se podría marchar sin debutar.
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