Hay madera de entrenador. Su planteamiento ante el Madrid dejó en evidencia a algunos de sus colegas que le precedieron y que en campañas anteriores asumieron riesgos suicidas que arrastraron al Valencia al desastre absoluto. Sin ir más lejos, las dos campañas anteriores, con marcadores abultados y una grada avergonzada por la humillación a la que asistía ante los del Bernabéu. El joven técnico del filial supo elegir anoche muy bien las piezas y se aplicó en una idea de juego que a punto estuvo de proporcionar una enorme alegría a una parroquia entregada con su equipo.
Mestalla recuperó sensaciones olvidadas: la grada entusiasmada animando con pasión y participando del partido con intensidad. El valencianismo salió del campo en el último partido de 2013 con la cabeza alta pese a la derrota. Lo peor, una campaña más, fue el consabido malestar por un nuevo capítulo de favoritismo arbitral hacia los madridistas. Fernando Teixeira Vitienes perjudicó al Valencia gravemente y la sensación de agravio que acompaña a muchos de estos choques a lo largo de la historia volvió a hacerse evidente. Los medios de comunicación nacionales se habían indignado por el arbitraje de la semana anterior en Pamplona y la expulsión de Ramos. Casualidades de la vida, el arbitraje del cántabro favoreció de forma descarada sus intereses. Así se escribe esta vergonzosa historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario