EL TIEMPO JUEGA EN CONTRA DE MUCHAS COSAS

Julián Montoro

Si no lo había para el lateral difícilmente lo habrá para Paco Alcácer, y eso sólo lo puede cambiar el de Torrent con goles

De Paquito Alcácer se ha hablado mucho y más que se hablará, pero lo principal es que hable él y a ser posible lo haga en el campo, aunque sea en Indonesia y ante un equipo tan escaso como el que ayer tenía delante. Un grupo tan desordenado como el que tenía ayer enfrente es presa fácil para un delantero joven pero que vive en la línea del fuera de juego como pez en el agua, pero los dos goles, que pudieron ser tres o cuatro, son una buena inyección para presentarse en Mestalla el próximo jueves ante el Tottenham. Siendo importante el rival, podemos quedarnos también con la perfecta ejecución en las dos dianas, goles de auténtico depredador, con la solución improvisada de la vaselina en menos de un segundo y de un metro cuadrado, o con la gama de remates con ambas piernas. Lo de Alcácer sólo es una cuestión de tiempo, es una buena noticia y también mala, porque ya queda comprobado con lo de Dídac Vilà que si algo no hay es tiempo.

Cambiar la opinión
El tiempo está jugando en contra de muchas cosas. Si Pellegrino no podía esperar uno o dos meses al lateral, después de tenerlo ya en Mestalla con la camiseta de la senyera puesta, tampoco habrá posibilidad de madurar a Paco Alcácer compitiendo en el Valencia. En eso, al menos, hay coincidencia con la secretaría técnica, porque la decisión que hay tomada es que el delantero salga a jugar en otro lugar para regresar hecho y derecho. Eso sólo lo podría tumbar el propio jugador con goles, tiene dos partidos por delante para hacerlo.

Tomando nota
Más que bueno, el partido de Indonesia fue divertido. Tanta diferencia entre los dos equipos en todos los aspectos, en calidad técnica, en intensidad y en conceptos tácticos, hace prácticamente imposible jugar un partido de verdad, aunque lo intentaron. En estos casos el futbolista siempre ha de tener presente que, sean cuales sean las circunstancias, siempre hay en el banquillo alguien observando y tomando notas. Y el entrenador había pedido ambición e intensidad.

Aquellos dragones
Ahora entiendo por qué aquellos partidos entre el Real Madrid y los dragones y mazmorras siempre terminaban en goleada, cuando los Zidanes y no tanto los Pavones se pasaban tres pueblos con los rivales hasta a veces ridiculizarlos. Resulta que en estos países siempre hay alguien con dinero €lógico en países donde la mayoría no lo tienen€ que se da el capricho de traer a los mejores equipos de occidente para que se exhiban, pero en lo que es jugar a fútbol están un poco en las cavernas. Más incluso de lo que podíamos imaginar.

Olvidar Indonesia
Además de dedicar algunas palabras al goleador de la noche, el entrenador volvió a recordar que jugar este partido ha significado un desgaste importantísimo para el equipo. Un riesgo que dadas las circunstancias el club no se puede permitir el lujo de dejar de correr. Ahora toca olvidarse de los simpáticos indonesios, incluídos los que confeccionaron esas extrañas pancartas con escudos de otros clubes y los que cantaban que bote Mestalla, recuperarse del duro viaje de vuelta y preparar los dos compromisos de la próxima semana, que son los que van a dar la auténtica medida de lo que podemos esperar del Valencia de Mauricio Pellegrino en el debut del Bernabéu.
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